Tras una mañana cargada de presentaciones de la provincia ciudadrealeña en el stand de Castilla-La Mancha, ha llegado el relax de la música en directo de los mayeros de Piedrabuena para animar y dar alegría a la recta final de la penúltima jornada de FITUR, y hacer aún más internacionales las Cruces y Mayos de esta localidad, la Fiesta de Interés Turístico Regional que destaca por su plasticidad, colorido y singularidad y que aspira a obtener el distintivo de Interés Turístico Nacional.
Antes de la selección de mayeros, escogidos de entre los 4 grupos existentes en Piedrabuena, ha intervenido el alcalde José Luis Cabezas, que ha dado a conocer la actualidad sobre sus fiestas, que fueron declaradas en 2017 de Interés Turístico Regional, a los visitantes de la Feria Internacional de Turismo, que atrae a cientos de miles de visitantes cada año.
Cabezas, acompañado por otros miembros de la Corporación y por el pintor piedrabuenero Pedro Castrortega, que el próximo 27 de marzo recibirá la Medalla al Mérito Cultural de Castilla-La Mancha, ha destacado “la entrega, dedicación y trabajo del Ayuntamiento para conseguir a medio plazo que sean declaradas de Interés Turístico Nacional, porque desde que nuestras Cruces y Mayos se declararon de Interés Regional han experimentado un impulso extraordinario, con más visitantes y riqueza para el pueblo, por eso queremos seguir en esa línea”.
El Ayuntamiento de Piedrabuena ha repartido hoy el nuevo material promocional de las Cruces, pegatinas, chapas y pañuelos de yerbas, y ha desvelado el nuevo logo promocional de su Fiesta. El alcalde ha invitado a todos los presentes a sorprenderse con una fiesta única que envuelve durante quince días al municipio en un entorno de “color, flores, música y alegría” a los pies del río Bullaque.
Durante al acto se ha proyectado también un vídeo que recoge la historia de una tradición que se remonta al 1212, año en que Alfonso VIII encabezó la reconquista de España y desde el que se reconoce en este municipio la devoción a la Santa Cruz.
Las fiestas de la Santa Cruz datan de unos años después, momento en el que comienzan a convertirse en una de las tradiciones que más raigambre y popularidad han alcanzado en este municipio, con un origen pagano en el que se veneraba la naturaleza que fue evolucionando hacia una celebración religiosa.
Desde el 2 y hasta el 15 de mayo, los vecinos reproducirán altares en los que instalarán dos variedades de cruces, de tela y brezo. Las de tela y brezo son colocadas en las habitaciones de las casas, o porches, unas estancias cuyas puertas se abren al visitante y que se decoran al completo con ricas telas para dotarlas de un carácter único y luminoso.
La otra variedad de cruces es la que se elabora con brezo, con el que se reviste el altar central en el que se instala la cruz, con plantas de brezo florecido en color púrpura o blanco, y donde el agua, el musgo, las plantas y los animales son protagonistas en la decoración de la estancia.