En un acto lleno de ilusión y alegría, los Magos de Oriente han comenzado su recorrido en la ciudad de Puertollano con una visita muy especial a la Residencia Fuente Agria, ubicada en la barriada Fraternidad. Su primer gesto de generosidad se ha dirigido a los usuarios y al personal de este hogar asistencial, a quienes han entregado regalos y caramelos, recibiendo a cambio el afecto y los cálidos abrazos de los residentes.
La emoción de este encuentro entre los Magos y los miembros de la Residencia Fuente Agria ha quedado inmortalizada en una serie de fotografías que capturan los momentos de felicidad y gratitud compartidos. Las imágenes muestran a los Reyes Magos entregando los regalos y compartiendo alegría, demostrando que la magia de estas fechas no conoce de edades.
Esta tradición, que cada año se espera con gran expectación, refuerza la importancia de la solidaridad y el compartir, sobre todo con aquellos que pueden estar lejos de su familia durante la época festiva. La presencia de los Reyes Magos es una muestra de que la comunidad no olvida a quienes residen en centros de asistencia, y que el espíritu de la Navidad llega a todos los rincones.
El acto de entrega de regalos es solo el comienzo de un recorrido por la ciudad, donde se espera que los Reyes sigan repartiendo regalos e ilusión. Esta significativa parada en Puertollano refleja el compromiso de la sociedad y del Ayuntamiento con sus ciudadanos más mayores, ofreciéndoles momentos de disfrute y reconocimiento.
La Fundación Fuente Agria ha sido un espacio de calidez y encuentro en esta celebración, proporcionando a sus usuarios un comienzo mágico del año. En las caras de niños y mayores se ha podido observar la ilusión que despiertan los Reyes Magos, y que en Puertollano se vive intensamente.
Este evento ha sido destacado en la plataforma del Ayuntamiento de Puertollano, señalando el corazón solidario de la ciudad y dejando constancia de que la generosidad de los Reyes Magos y el caluroso recibimiento de la Residencia Fuente Agria, han dado inicio a una jornada que permanecerá en la memoria colectiva como un símbolo del espíritu comunitario de Puertollano.