En una celebración que combina la fe, la comunidad y la tradición, la ciudad ha vivido uno de sus días más emblemáticos. El alcalde Darío Dolz, acompañado por miembros de la Corporación municipal, ha participado activamente en las festividades de San Antón, que este año han contado con una amplia asistencia de ciudadanos.
El día arrancó con el ambiente solemne de la función religiosa realizada por la mañana, donde vecinos y visitantes se congregaron para rendir honor al patrón de los animales. La atmósfera comunitaria se ha visto fortalecida por el tradicional reparto de 20,000 panecillos bendecidos, un acto que simboliza la compartición y la solidaridad entre los asistentes.
Sin embargo, no todo ha transcurrido según lo planeado. La procesión vespertina, que tradicionalmente recorre las calles del barrio de San Antón con la imagen del santo, tuvo que ser interrumpida a causa de la lluvia. Este contratiempo, si bien ha modificado el curso de los acontecimientos, no ha mermado la fervorosa devoción de los fieles, quienes se han adaptado a las circunstancias con resignación y esperanza.
El broche final de las celebraciones fue una concurrida bendición de animales, un acto que atrae no solo a los habitantes de la localidad sino también a personas de los alrededores, deseosas de participar en este momento de unión entre la comunidad y sus mascotas. Este evento pone de manifiesto la profunda conexión que existe entre los residentes de la ciudad y su cultura, así como su amor y respeto por los animales.
El alcalde Darío Dolz ha expresado su satisfacción por el éxito de las celebraciones y la alta participación ciudadana, a pesar de las inclemencias meteorológicas. «Estos actos nos recuerdan la importancia de nuestras tradiciones y el valor de mantener viva la historia y la cultura de nuestra ciudad», señaló Dolz.
La jornada de San Antón, con su mezcla de devoción religiosa, encuentro comunitario y celebración de la vida animal, sigue siendo una fecha destacada en el calendario de la ciudad, reforzando año tras año los lazos que unen a sus habitantes.