Los pluviómetros del casco urbano de Daimiel han registrado casi 20 litros por metro cuadrado en apenas seis horas debido a la intensa lluvia y granizo que han afectado a la localidad. Los truenos anticiparon la inminente descarga de granizo, que despertó a gran parte de los residentes a las dos de la mañana. El fenómeno meteorológico produjo una cortina de pequeñas bolitas de hielo que resonaron en tejados, balcones y patios, según ha informado el Consistorio en una nota de prensa.
Las fuertes precipitaciones generaron también la formación de balsas de agua en varias calles, dado que «los imbornales se tamizaron con las hojas arrancadas de los árboles». Algunas ramas se descolgaron, aunque afortunadamente sin que se registraran incidentes graves, tal como indicó el concejal de Urbanismo, Jesús Villar, quien se basó en las informaciones recopiladas por la Policía Local.
El guarda rural municipal, Román Ruiz de la Hermosa, ha demostrado que los daños más severos se concentraron en la vaguada norte del Azuer, ubicada entre el Puente Viejo y el antiguo molino de La Máquina. Los cultivos que sufrieron el mayor impacto fueron las cepas, que ya se encuentran en flor, y las plantaciones de cebollas. Ruiz de la Hermosa ha detallado que el seguimiento del cauce del Azuer hacia el norte del término permite observar el recorrido de las tormentas, que ingresaron por el sur del municipio, cerca de la zona del cementerio, y avanzaron en dirección norte.
La huella más significativa de la tormenta se localiza al norte de la laguna de Navaseca, en el área conocida como el Cambrón. Para determinar la extensión de los cultivos afectados y el grado de los daños será necesario esperar unos días, aunque el guarda rural ha alertado que el rendimiento potencial de los cultivos se verá disminuido, ya que «los tratamientos de recuperación son costes añadidos y la producción final también será menor».
Durante su recorrido matutino, el guarda rural observó algunos cultivos afectados de manera puntual en otras áreas del municipio, aunque los daños son considerablemente menores en comparación con aquellos del paraje del Cambrón, que recibió el impacto más severo del granizo.