El actual presidente de Castilla-La Mancha y candidato a la reelección, Emiliano García-Page, ha expresado su opinión sobre el proyecto de ley de Vivienda del Gobierno central, que considera aún «en pañales», ya que los gobiernos autonómicos desconocen cómo se va a concretar. García-Page cree que se necesita «poner mucha letra concreta a esa música, mucha partitura». Reconoce que hay dos cosas distintas en la Ley de Vivienda, por un lado, delimita un marco normativo que regula el alquiler o la compra, y por otro, hay políticas concretas que no requieren de ley, en las que el Estado es propietario de suelo y vivienda. En este sentido, García-Page defiende que el acceso a la vivienda no debe ser una estrategia de «yo invito, pero tú pagas» como ha sucedido en ocasiones anteriores, sino por acuerdo con las comunidades autónomas.
Sobre la enmienda transaccional del PSOE con Unidas Podemos, ERC, Más País, Compromís, la CUP, el BNG y el PDeCAT en el proyecto de ley que dificultaría y ralentizaría el procedimiento de expulsión de okupas, García-Page no está de acuerdo con pactar con «Esquerra y Bildu». Aunque reconoce que se debe distinguir entre el okupa y el inquilino, mostrando su preocupación por el «okupa que no es un inquilino». El presidente ha advertido que lo que se quiere hacer es «hacer más difícil echar al okupa, al que ha entrado ilegalmente dando una patada», alertando de la existencia de mafias que se dedican a ello.
En cuanto al estado de las Tablas de Daimiel, García-Page ha admitido que «están sufriendo» debido a la sequía actual y ha señalado que el Guadiana en general tiene estrés hídrico desde hace mucho tiempo. Destaca que se ha realizado una derivación de agua desde el río Tajo para paliar el problema, pero se necesita más aportación de agua. En este sentido, García-Page ha hecho hincapié en que los avisos sobre el clima son importantes y que España debe prepararse para contemplar el «déficit» hídrico al que se enfrenta en el plan de país.