El Diario Oficial de Castilla-La Mancha (DOCM) ha anunciado en su edición del pasado viernes, 20 de junio, la declaración del Pozo de Nieve de Villajos de Campo de Criptana (Ciudad Real) como Bien de Interés Cultural (BIC). Asimismo, se ha iniciado el expediente para otorgar la misma calificación a la Casa de la Tercia, también ubicada en Campo de Criptana.
El consejero de Educación, Cultura y Deportes, Amador Pastor, ha expresado su satisfacción por estas decisiones, que reflejan el compromiso del Gobierno de Emiliano García-Page con la conservación y mejora del patrimonio cultural, un aspecto fundamental de la identidad de Castilla-La Mancha.
El Pozo de Nieve de Villajos destaca por su valor histórico y arquitectónico, siendo considerado uno de los mejores ejemplos de arqueología industrial en la región. Estas construcciones, conocidas como «neveros» o «pozos de nieve», cumplían una función esencial al permitir el almacenamiento de nieve en invierno para obtener hielo durante los meses cálidos, facilitando así la conservación de alimentos y medicamentos. Este pozo, en particular, tenía la capacidad de almacenar hasta 190 toneladas de hielo y su existencia está documentada desde 1752, aunque se estima que fue construido a finales del siglo XVII. Se caracteriza por su forma cilíndrica, con una planta circular de más de seis metros de diámetro y más de siete metros de profundidad. Además, conserva elementos originales relevantes, como su red de drenaje y canales radiales.
Por otro lado, el inicio del procedimiento para declarar la Casa de la Tercia como BIC responde a su importante valor histórico y patrimonial. Este edificio es fundamental en la historia local y es uno de los ejemplos mejor conservados de estas Terceras en la provincia de Ciudad Real. Datado en el periodo renacentista, el edificio presenta una planta rectangular con una austera decoración exterior y gruesos muros de mampostería caliza. Su diseño interno, diáfano pero dividido longitudinalmente por un muro de carga, incluye arcos de medio punto que sostienen grandes vigas de madera en la cubierta.
A lo largo de los años, la Casa de la Tercia ha experimentado numerosas intervenciones de reparación y mantenimiento, comenzando con la primera registrada en 1657. A pesar de estas alteraciones, ha logrado conservar sus características originales y sigue representando una visión sólida de la arquitectura agrícola de la comunidad, junto a otros elementos importantes de Campo de Criptana como el Pósito Real y los molinos de viento.