En el centro del debate político castellano-manchego, el futuro de la agricultura y los regadíos ha cobrado protagonismo en las Cortes de Castilla-La Mancha este jueves, exponiendo las claras diferencias entre el gobierno y la oposición. El consejero de Agricultura, Julián Martínez Lizán, ha defendido con vehemencia las acciones del Ejecutivo en la modernización de regadíos y la promoción de incorporación de jóvenes al sector agrario.
Con Martínez Lizán al frente, el Gobierno castellano-manchego ha destacado el incremento de seis puntos en la contribución del sector agrario al PIB de la región, que ya marca un 18%. Las políticas de estímulo al relevo generacional parecen estar dando sus frutos, según ha manifestado, con un notable aumento en el apoyo económico a los jóvenes agricultores y ganaderos, que ya suman 3.833 incorporaciones.
Sin embargo, la sesión ha estado marcada por el enfrentamiento con la oposición, donde el portavoz de Vox, David Moreno, ha acusado al Gobierno de plegarse a intereses ecológicos externos, desmantelando infraestructuras vitales y dejando a su paso cauces secos donde antes había vida. Su propuesta para instar al Gobierno de España a elaborar un Plan Nacional del Agua y proteger a los agricultores fue rechazada con mayoría de votos del PSOE y abstenciones del PP.
Por su parte, el Partido Popular, a través de su diputada Lola Merino, ha acusado a la Consejería de Agricultura de no cumplir con sus anuncios y de fallar en su gestión financiera, señalando millones de euros sin ejecutar en el Programa de Desarrollo Rural. A pesar de su firme crítica y propuesta de resolución para mejorar la situación actual, esta también fue refutada por la mayoría socialista y los votos en contra de Vox.
El PSOE, respaldando las acciones del Ejecutivo autonómico, repudió las declaraciones de la oposición y consolidó su posición con una propuesta de resolución que finalmente prosperó. Esta propuesta exige la creación de un Plan Regional de Regadío y la continuación de políticas activas que impulsen la incorporación juvenil a la actividad agraria, manteniendo un compromiso firme con la modernización del sector.
El debate generó una clara división de opiniones en las Cortes, reflejando el complicado equilibrio entre el desarrollo agrícola económico y el ambiental en la comunidad de Castilla-La Mancha, mientras las posturas políticas se preparan para lo que seguramente será una continuación del intenso diálogo en torno al agua y la tierra en esta región española.