La consejera de Desarrollo Sostenible, Mercedes Gómez, ha expresado este martes su desacuerdo con las críticas manifestadas por Ecologistas en Acción sobre el Plan de Biometanización. Según Gómez, este plan «ofrece soluciones a problemas existentes en nuestra Comunidad Autónoma» y tiene el potencial de beneficiar especialmente a las explotaciones porcinas de la región.
La consejera hizo estas declaraciones en respuesta a las preguntas de los medios de comunicación, después de presentar los acuerdos del Consejo de Gobierno relacionados con su departamento. Ecologistas en Acción había alegado que el plan había sido diseñado para favorecer a las grandes empresas y a los lobbies energéticos.
Gómez subrayó que la crítica de Ecologistas en Acción se centra «exclusivamente en un tema», es decir, en las explotaciones porcinas de alta capacidad. Sin embargo, enfatizó que en la dieta requerida para los digestores de las plantas de biometano, los purines representan la «menor de las materias orgánicas» que utilizan estas instalaciones.
El plan de biometanización tiene como objetivo dar salida a aproximadamente 15,7 millones de toneladas de materia orgánica, incluyendo residuos de alpechines, lodos de depuradora, residuos sólidos urbanos y vinícolas, además de los purines y estiércoles de diversas explotaciones ganaderas. La consejera destacó que la iniciativa no solo busca deshacerse de estos residuos, sino también «valorizar» y convertirlos en dos productos fundamentales: biometano y digestato. El biometano se presenta como una alternativa al gas gris que las empresas utilizan actualmente, mientras que el digestato, un abono de alta calidad, podría mejorar la calidad del suelo en Castilla-La Mancha, que presenta deficiencias en materia orgánica.
Gómez agregó que el uso de este abono orgánico beneficiaría a los cultivos de la región, reduciendo la dependencia de abonos inorgánicos. La consejera también reconoció que, en un punto, puede coincidir con Ecologistas en Acción, en el sentido de que tanto las grandes explotaciones ganaderas como las más pequeñas pueden instalar plantas de biometano ajustadas a su capacidad de producción de purines.
