Joaquín y Samuel, miembros del club de aficionados Furia Conquense, fueron algunos de los que presenciaron el ascenso del equipo a la División de Honor B en Pamplona allá por 2005. Dieciocho años después, el 3 de junio, se cumplió la promesa del equipo de nunca caminar solo, cuando Joaquín, Samuel y otros aficionados celebraron el segundo puesto de su equipo en la Liga Asobal de balonmano en Torrelavega.
Un grupo de treinta aficionados de Cuenca, incluyendo a Joaquín y Samuel, cambiaron sus tradicionales destinos de vacaciones en el Mediterráneo por la costa cántabra para apoyar a su equipo en el partido más importante de su historia. El buen tiempo permitió a los aficionados disfrutar de rabas, cachopos y cocido montañés, mientras practicaban turismo deportivo y culinario, volviendo a casa con una renovada devoción por el Santuario.
Del mismo modo, Torrelavega, una ciudad de 50.000 habitantes, comparte la misma pasión por el balonmano que Cuenca. Los deportes son una parte integral de la vida social de la ciudad, y bares y restaurantes exhiben bufandas del Bathco Torrelavega.
