La Guardia Civil ha llevado a cabo una intervención significativa en la provincia de Toledo al incautar más de 150.000 artículos pirotécnicos durante distintas inspecciones realizadas en establecimientos de venta en el marco de la campaña navideña. Este control es una práctica habitual de la Guardia Civil cada año, con el objetivo de asegurar la seguridad de los usuarios y verificar que las instalaciones de venta están debidamente autorizadas. Además, se busca identificar puntos de venta que operan sin la correspondiente autorización.
Durante esta campaña, se han realizado un total de 80 inspecciones, lo que ha resultado en la formulación de 17 denuncias por infracciones administrativas. Estas faltas están contempladas en el artículo 36.12 de la Ley Orgánica 4/2015 de Protección de la Seguridad Ciudadana, en relación con el Real Decreto 989/2015 de 30 de octubre, que establece el Reglamento de Artículos Pirotécnicos y Cartuchería. Las denuncias han sido impuestas a aquellos establecimientos que ofrecían artículos pirotécnicos sin la necesaria autorización.
En total, se han intervenido 157.269 artículos de las clases F1, F2 y F3. Dentro de este grupo se incluyen bengalas, baterías, bombetas, petardos e incluso candelas romanas. La Guardia Civil subraya la importancia de categorizar correctamente estos productos. Los artículos de clase F1 son considerados de muy baja peligrosidad y pueden venderse libremente en cualquier establecimiento, siempre y cuando se comunique dicha venta; están destinados para uso en interiores y deben ser manipulados por personas mayores de 12 años, excepto en el caso de bombetas o truenos de impacto.
La clase F2 engloba artículos de pirotecnia de baja peligrosidad y bajo nivel de ruido, destinados para su uso al aire libre en zonas delimitadas y deben ser utilizados por personas mayores de 16 años. Por último, la categoría F3 se refiere a artículos de pirotecnia de peligrosidad media, cuyo uso debe ser al aire libre, en áreas de gran superficie, y requieren que el usuario sea mayor de 18 años, dado que su nivel de ruido no debe ser perjudicial para la salud humana.
Con estas acciones, la Guardia Civil busca prevenir accidentes y garantizar un consumo responsable y seguro de productos pirotécnicos durante la temporada navideña.