Profesionales sanitarios de la Gerencia de Atención Integrada de Villarrobledo, dependiente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM), están realizando un estudio observacional para medir la eficacia de los cursos sobre primeros auxilios que están impartiendo a 300 alumnos de cuarto de la ESO de esta localidad albaceteña.
Unos conocimientos en reanimación cardiopulmonar y desobstrucción de la vía aérea que podrían servir para ayudar a salvar vidas, en el caso de que estos jóvenes estudiantes se conviertan alguna vez en testigos de una emergencia.
En España se produce una parada cardiaca cada 20 minutos, lo que ocasiona hasta cuatro veces más muertes que los accidentes de tráfico. Formar en reanimación cardiopulmonar (RCP) y soporte vital básico (SVB) a personas que pueden ser testigos de emergencias supondrá, en opinión de los investigadores de este proyecto, “un aumento de la tasa de supervivencia para los casos de parada cardiorespiratoria”.
Cada segundo que pasa disminuyen las posibilidades de supervivencia de la víctima en este tipo de emergencias y una buena formación en primeros auxilios puede ser determinante.
Según los enfermeros Bernardo Javier Losa Ballesteros y Jorge Rosell Pérez, principales investigadores de este estudio, “unos conocimientos básicos sobre cómo actuar en caso de emergencia puede mantener al paciente con vida hasta la llegada del equipo sanitario”.
El proyecto ha sido avalado por autoridades y comités de evaluación de bioética del Complejo Hospitalario Universitario de Albacete y ahonda en la importancia de actuar inmediata y correctamente en caso de emergencia hasta la llegada de los equipos sanitarios.
Además, los responsables de este proyecto determinarán si hay diferencias en el aprendizaje en función de la modalidad de estudios (ciencias o letras), la capacidad de retención de conocimientos transcurridos dos meses desde la finalización del curso, conocerán el interés sobre primeros auxilios que tiene el alumnado y, sobre todo, concienciarán en la importancia de que todos tengamos, como poco, nociones básicas sobre primeros auxilios.
El curso consta de una parte teórica y otra práctica. Antes de comenzar las clases y también al finalizar las mismas, los alumnos deben rellenar un cuestionario que revelerá el conocimiento que sobre esta materia tenían antes y después de realizar esta actividad formativa.
De esa manera, los responsables de este proyecto podrán comprobar si las técnicas docentes empleadas han resultado efectivas y, según recalcan, “adaptarlas a futuras ediciones”. En el horizonte, y tras la buena acogida que ha tenido este curso, está ampliar estos talleres didácticos a los centros deportivos y, también, formar en esta materia a profesores de los institutos de Villarrobledo.
Por último, informar que, además de los citados Bernardo Javier Losa y Jorge Rosell, en este proyecto también han colaborado el supervisor de Docencia, Investigación y Formación Continuada de la Gerencia de Villarrobledo, Juan Marcos Fernández, y el geriatra del Hospital de Villarrobledo y vicepresidente de la Sociedad Castellano-Manchega de Geriatría y Gerontología, Sergio Salmerón.