egún la definición de la Fundación Española del Corazón, las cardiopatías congénitas son un conjunto de enfermedades caracterizadas por anomalías estructurales en el corazón, originadas por defectos en su desarrollo durante la etapa embrionaria.
En la mayoría de los casos, estas afecciones tienen un origen multifactorial aún no determinado, siendo poco comunes aquellas vinculadas a una única mutación genética. La probabilidad de transmitir la enfermedad a la descendencia o de que se repita un defecto congénito en un hijo es generalmente baja, situándose entre el 3% y el 5%, aunque esta cifra puede variar dependiendo del tipo específico de cardiopatía.
A nivel global, la incidencia de las cardiopatías congénitas se estima entre 4 y 9 casos por cada 1.000 recién nacidos vivos, lo que equivale a aproximadamente 1,5 millones de nuevos diagnósticos al año. En España, estas patologías representan la anomalía congénita más frecuente, afectando a 8 de cada 1.000 nacidos, con alrededor de 4.000 nuevos casos anuales.
Existe un gran número de cardiopatías congénitas diferentes, siendo la sintomatología asociada a las mismas muy variable, desde las asintomáticas, o cardiopatías leves que no requieren de tratamiento específico, y sólo requieren revisiones cardiológicas periódicas, hasta aquellas otras que se asocian a síntomas severos y precisan corrección quirúrgica durante las primeras semanas de vida, e incluso en los casos más graves, puede ser necesario un trasplante cardíaco. Los avances médicos y quirúrgicos de los últimos años han aumentado la supervivencia de estos pacientes, si bien esta longevidad se acompaña muchas veces de complicaciones y secuelas que repercuten en su calidad de vida. Se trata de una patología crónica que requiere de una atención especializada durante toda la vida.
Con motivo de la conmemoración del Día Mundial de las Cardiopatías Congénitas, el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Castilla-La Mancha quiere subrayar que la Fisioterapia juega un papel fundamental desde las fases tempranas de la enfermedad, tanto tras la cirugía, en los casos en los que la gravedad de los síntomas ha precisado de corrección quirúrgica, como en fases posteriores; incluso en aquellos casos que puedan requerir trasplante cardíaco, tanto en la prehabilitación para una mejor preparación para esa intervención, como tras la misma.
Los programas de rehabilitación cardíaca son programas multidisciplinares en los que el fisioterapeuta tiene un papel importante, tanto en el programa de ejercicio, como en la parte esencial de educación para la salud, guiando al paciente y dándole todas las pautas a seguir tanto durante el programa como tras el alta del programa de rehabilitación cardíaca. El fisioterapeuta, es el profesional encargado de pautar, adaptar y supervisar el programa de ejercicio, a cada paciente según sus características individuales y necesidades. “Cada sesión del programa estaría estructurada en una parte de ejercicios de calentamiento de los grandes grupos musculares, seguida de ejercicios de fortalecimiento tanto de miembros superiores como de miembros inferiores y musculatura abdominal, ejercicios respiratorios, ejercicio aeróbico (tapiz rodante o cicloergómetro), estiramientos, y relajación o vuelta a la calma”, señala Susana Priego, una de las coordinadoras de la comisión de Fisioterapia Cardio-Respiratoria de COFICAM.
Una variante adaptada de los tradicionales programas de rehabilitación cardíaca, si bien no demasiado implantada todavía de manera generalizada, son los programas de rehabilitación cardíaca infantil con las fases del programa de rehabilitación cardíaca clásico, con intervención hospitalaria, fase ambulatoria y entrenamiento al esfuerzo y actividad física; la finalidad de estos programas es disminuir el impacto tanto de la cardiopatía como de la cirugía en la funcionalidad y calidad de vida de los niños, inculcándoles un hábito de actividad física acorde a sus condiciones, con el deporte y juego como aliados para conseguir la adquisición de unos hábitos de vida saludables que perdurarán durante la infancia, disminuyendo el sedentarismo e incidiendo en otros aspectos como los psicológicos, nutricionales, sociales y de educación para la salud.