La exposición ‘Juan de Borgoña. Un maestro oculto’ supera los 17.000 visitantes en 25 días de apertura al público

La exposición ‘Juan de Borgoña. Un maestro oculto’, ha superado ya los 17.000 visitantes tras su inauguración el pasado 23 de marzo. Las salas de exposiciones temporales del Museo de Santa Cruz de Toledo acogen esta muestra, que es la primera organizada exclusivamente con obras de este autor. En ella pueden contemplarse un total de 20 óleos sobre tabla y 18 esculturas, entre las que sobresalen las ocho pinturas procedentes del retablo mayor del convento de dominicos de Carboneras de Guadazaón (Cuenca), que hoy pueden contemplarse en el museo diocesano de la capital conquense.

Con todo, lo que más llama la atención del visitante es el excepcional conjunto del retablo mayor de la iglesia parroquial de la Santísima Trinidad de Alcaraz (Albacete), compuesto por ocho grandes pinturas sobre tabla y 18 esculturas, que se han recuperado para la ocasión por el estudio de restauración ‘El parteluz’. Junto a ellas, pueden contemplarse también otras piezas llegadas desde la Catedral de Toledo, el propio Museo de Santa Cruz, la parroquia de Santa María de Illescas (Toledo) o la Colegiata de Pastrana (Guadalajara), conformando un conjunto de piezas que los especialistas han considerado como sensacional e irrepetible.

Las pasadas fechas de Semana Santa han supuesto un revulsivo para la exposición, que ha visto cómo más de 7.000 personas han pasado por las salas del museo solo desde el sábado 9 al domingo 17 de abril. Las favorables previsiones que se barajan para próximas fechas, con los sucesivos puentes que disfrutarán en la Comunidad de Madrid, y a los que se suman el del Día de la Región y el del Corpus, hacen que se pronostiquen días de visitas masivas en el museo toledano, como sucedió el pasado Domingo de Resurrección, en el que pasaron por sus instalaciones un total de 627 personas en solo cuatro horas de apertura. Con todo esto, es muy probable que el número total de visitantes cuando finalice el periodo expositivo, el domingo 26 de junio, supere los 75.000.

En encuestas realizadas a la salida a los visitantes de la muestra, son opiniones casi unánimes las que subrayan la sorpresa que suscita la calidad de las obras expuestas y el privilegio que supone poder contemplar estas piezas en estas condiciones. Cuando finalice la exposición, las obras que integran el retablo alcaraceño viajarán de vuelta hasta la parroquia de la localidad para donde podrán ser contempladas por vecinos y visitantes antes de su definitiva colocación en el lugar para el que fueron creadas a principios del siglo XVI, mientras que el resto de piezas ofrecidas por los prestadores volverán a sus lugares de origen.

Se sabía desde algún tiempo que hacia 1502-1505 se realizaron unos pagos al pintor Juan de Borgoña como abono para la realización de este retablo mayor, pero era evidente que las ocho pinturas que se podían contemplar hasta entonces no se correspondían en absoluto con su estilo, sino más bien con obras barrocas del siglo XVIII, basadas en modelos proporcionados por conocidos grabados y, en cualquier caso, de una bastante discreta calidad artística.

Tras la realización de los trabajos de restauración llevados a cabo, se ha podido constatar que las obras contratadas por Borgoña estaban conservadas debajo de estas pinturas barrocas, recuperándose totalmente gracias a la colaboración entre la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y el Obispado de Albacete.

La extraordinaria oportunidad de poder mostrar la totalidad de este conjunto de piezas, y la posibilidad de confrontarlas con otras de este autor provenientes de otras tres provincias de la actual comunidad autónoma, gracias a la generosidad mostrada por sus propietarios, han dado como feliz consecuencia esta muestra, la primera realizada solo con obras del que es considerado como uno de los más importantes artistas españoles del primer Renacimiento: Juan de Borgoña.

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