El pleno del Parlamento Europeo ha aprobado una revisión de la Política Agraria Común (PAC) con el objetivo de proporcionar una mayor flexibilidad a los pequeños agricultores y Estados miembro en el cumplimiento de determinadas condiciones medioambientales. La revisión, adoptada con 425 votos a favor, 130 en contra y 33 abstenciones, se espera que entre en vigor a finales de esta primavera y se aplique con carácter retroactivo desde el 1 de enero de 2024.
La medida permitirá extender una exención de ciertos controles y sanciones ambientales a explotaciones de menos de 10 hectáreas, aliviando así la carga administrativa del campo. Esta exención se considera crucial para los pequeños agricultores, que constituyen el 65% de los beneficiarios de la PAC, aunque las superficies que manejan solo representan el 9,6% de las que reciben ayudas de la PAC.
Este cambio en la regulación se inscribe en un contexto en el que la Comisión Europea ya había anunciado una relajación de requisitos medioambientales vinculados a las ayudas de la PAC a finales de febrero, en respuesta a las movilizaciones agrarias y con la vista puesta en las elecciones europeas.
Para ser elegibles para el apoyo de la PAC, los agricultores deben adscribirse a un conjunto mejorado de normas ambientales y climáticas, conocidas como ‘BCAM’. Sin embargo, ahora se permite flexibilidad en ciertas prácticas como la cobertura mínima del suelo, la rotación de cultivos y el porcentaje mínimo de barbecho. Adicionalmente, se ofrecen exenciones específicas para ciertos cultivos o situaciones particulares, como daños en zonas ‘Natura 2000’ causados por depredadores o especies invasoras.
La revisión también establece la posibilidad de introducir excepciones temporales como respuesta a condiciones climáticas adversas extremas que impidan a los agricultores trabajar adecuadamente.
Los países miembros de la UE deberán revisar sus planes estratégicos de la PAC antes del 31 de diciembre de 2025, en el caso de que surjan actualizaciones a las legislaciones medioambientales y climáticas de la UE. La Comisión Europea sostiene que estas medidas de flexibilización no disminuirán el nivel de ambición global en la protección medioambiental y climática dentro de la política agrícola del bloque.
