La escultura ‘Mi hermano Marcelo’ de Victorio Macho viajará a la Catedral de Palencia para formar parte de la exposición ‘Renacer. La catedral transformada’ que conmemorará el VII centenario de la catedral palentina, cien años después de su primera estancia en dicha catedral.
‘Mi hermano Marcelo’ es, junto a ‘La Madre’, la escultura más importante y significativa de todas las realizadas por Victorio Macho, según ha informado la Real Fundación de Toledo en un comunicado.
Marcelo fue su hermano pequeño, una persona con muchos problemas físicos y psicológicos que murió en 1919 por tuberculosis, a la edad de 26 años. Un año después de su muerte Victorio Macho se encerró en su taller y comenzó a realizar en secreto la obra, una estatua yacente en mármol y granito sin pulir en la que plasma la imagen de su hermano muerto, grabada de forma indeleble en su alma.
La obra formó parte en 1921 de la exposición que Victorio Macho realizó en el Museo de Arte Moderno de Madrid, con la que obtuvo un gran reconocimiento. El senador y arquitecto Jerónimo Arroyo quedó tan impresionado por la escultura que propuso que fuera llevada a Palencia, ciudad natal de Macho, con la idea de homenajear a su paisano.
Fue colocada en la Sala Capitular de la Catedral en mayo de ese mismo año, aunque con la reticencia de parte del Cabildo, esta incipiente oposición no cesó y la escultura fue olvidada y arrinconada, convirtiéndose en un estorbo. Ante esta situación de abandono y a sugerencia de algunos amigos, Victorio Macho el 6 de abril de 1922 viajó a Palencia para proceder a retirarla.
Victorio Macho nunca se separó de la escultura de su hermano que formó parte de importantes exposiciones de su obra, alcanzó un gran reconocimiento artístico en la XIV Bienal de Venecia, celebrada en 1924, y posteriormente en América en diversas ciudades en las que trabajó y vivió. Finalmente, Victorio pidió al arquitecto Secundino Zuazo que proyectara en su casa y taller de Roca Tarpeya en Toledo, un espacio, la cripta, con una escenografía pensada expresamente para que la obra pudiera contemplarse con emoción y recogimiento.
Desde 1953, en que la obra se instaló en la cripta del actualmente Museo Victorio Macho, la escultura sólo ha salido en otra ocasión, también para viajar a Palencia. Desde el próximo día 17 de junio podrá contemplarse cien años después en la Catedral palentina formando parte de la exposición ‘Renacer. La catedral transformada’, organizada por la Fundación VII Centenario de la catedral y la Junta de Castilla y León y comisariada por el delegado de Patrimonio de la diócesis palentina, José Luis Calvo.
La exposición recreará los siete siglos de historia y arte del templo palentino con piezas de sobresalientes autores que en algún momento de su historia estuvieron allí, como Juan de Flandes, El Greco, Pedro Berruguete, Gil de Siloé, Alejo de Vahía o Victorio Macho, procedentes del Museo del Prado, el museo Frederic Marès, el Goya-Colección Ibercaja-Museo Camón-Aznar, las catedrales de Toledo, Burgos y Segovia, el museo del Patriarca de Valencia o nuestro Museo Victorio Macho de la Real Fundación de Toledo.
La Real Fundación de Toledo considera un gran honor que una obra del Museo Victorio Macho tenga un importante protagonismo en una exposición del máximo nivel, demostrando la vigencia de la obra del escultor.