El Gobierno de Castilla-La Mancha ha implementado el «Smart Rural» como una herramienta pionera para avanzar en la digitalización y mejorar las condiciones sociales, económicas y ambientales de las zonas rurales en municipios afectados por la despoblación. Este plan incluye la implantación de soluciones inteligentes para la digitalización de los servicios públicos de los municipios de menos de 5.000 habitantes, y busca romper la brecha digital existente entre las ciudades y el medio rural.
El Plan de Territorio Rural Inteligente ha supuesto una inversión de 25 millones de euros que han llegado de los fondos FEDER. Además, se ha creado la «Oficina Smart» como ventanilla única a la que acudan los ayuntamientos en busca de asesoramiento, formación e innovación, para diseñar una estrategia a medida de digitalización de infraestructuras y servicios para cada municipio. También se han dado ejemplos concretos de soluciones tecnológicas que se puedan aplicar en los servicios públicos de los municipios más pequeños y con menos recursos, como la recogida de residuos urbanos con sistemas inteligentes y más eficaces, la gestión de parques y jardines, y el acceso inteligente y el control de aforos en espacios naturales.
En los últimos años, se ha multiplicado por seis el número de localidades que disponen de fibra óptica en Castilla-La Mancha, superando en la actualidad los 1.300 núcleos de población de los que el 65 por ciento pertenecen a zonas afectadas por la despoblación. Por consiguiente, la región ha superado la situación de tener solo fibra en las cinco capitales a llegar a casi la totalidad de la región. La cobertura de fibra óptica ha crecido un 489 por ciento en el último año, a un ritmo de más del doble de lo que crece la media nacional, y en los próximos dos años se desplegará la fibra óptica en más de 384 localidades, casi todas, afectadas por la despoblación.
