La deuda de Castilla-La Mancha alcanzó el 31,5% de su Producto Interior Bruto en el primer trimestre de este año, situándose como la segunda más alta entre las comunidades autónomas españolas, únicamente superada por la Comunidad Valenciana que registra un 41,5%, de acuerdo con datos de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF). Estas cifras han sido reveladas en la última actualización del Observatorio de deuda pública de la AIReF, el cual también indica que desde 2007 la deuda en relación al PIB de esta comunidad ha crecido en más de 30 puntos, marcando un máximo en 2020, año marcado por el inicio de la pandemia, donde se situó en el 36,7%. Desde ese máximo, sin embargo, la ratio de deuda de Castilla-La Mancha ha disminuido en más de 5 puntos.
La AIReF detalla que cada habitante de Castilla-La Mancha tiene asignada una deuda de 7.692 euros, situándose este indicador solo por detrás de Cataluña, Valencia y Murcia, siendo la cuarta mayor deuda por habitante entre las comunidades. Además, señala que la región ha superado en 18,5 puntos la referencia legal del 13% fijada, la última vez que estuvo por debajo de este límite fue en el año 2008.
La financiación extra de Castilla-La Mancha mediante mecanismos extraordinarios llegó a representar el 80,2% del total de su deuda, ubicándola en un uso intensivo y casi 20 puntos por encima del promedio entre todas las comunidades autónomas.
A nivel global, la AIReF detectó que la deuda de todas las Administraciones Públicas a nivel nacional se fijó en el 108,9% del PIB, un incremento del 1,2% respecto al final del año anterior, rompiendo una secuencia de once trimestres consecutivos de descenso. La institución observa una ralentización en la reducción anual de la deuda e identifica a España como uno de los países de la Unión Económica y Monetaria (UEM) con un nivel de deuda más elevado, siguiendo a Grecia, Italia y Francia, y en situación parecida a la de Bélgica.
España también ha mostrado una ralentización en la caída de la inflación, que parece estabilizarse en niveles levemente superiores a los objetivos de los Bancos Centrales. La AIReF estima que el objetivo de inflación del 2% se logrará de manera mucho más gradual de lo previsto anteriormente. Este panorama sugiere que la política monetaria permanecerá en un ámbito restrictivo por un largo período.
Regionalmente, desde 2007 la ratio de la deuda sobre el PIB de las comunidades autónomas ha aumentado más de 21 puntos, alcance máximo en 2020 (27,2%) debido a la pandemia. Desde entonces, este indicador se ha contraído en 4,9 puntos, llegando al 22,2% del PIB al cierre de 2023. A pesar de la reducción, se mantiene por encima del umbral del 13% legal.
Entre las diecisiete comunidades, una diferencia sustancial queda patente: la Comunidad Valenciana con 42,2 puntos de PIB frente a Canarias con 12,2 puntos, marcando una divergencia de 30 puntos. De ellas, catorce sobrepasan el límite del 13% de deuda sobre PIB.
La AIReF expone que, en el escenario inercial, la deuda de las CCAA se proyecta a reducirse incluso hasta el 19,7% del PIB en 2028. En un panorama alternativo, se exhibe una tendencia eventualmente desfavorable que superaría los máximos históricos a medio plazo.
Finalmente, la AIReF propone tres enfoques para la consolidación fiscal, todos contemplando ajustes distintos con el objetivo del 13% de deuda sobre el PIB alcanzable en plazos variados, según las circunstancias de partida de cada comunidad autónoma. El escenario más optimista lograría la meta en 2031, mientras que el más conservador no llegaría hasta 2041.