La narrativa televisiva encuentra en el suspense su mejor aliado para que el espectador permanezca ante su pantalla, y La Promesa no es una excepción. La reciente desaparición de Ángela ha hecho tambalear los cimientos del palacio, que se convierte en un torbellino de incertidumbres, sospechas y tensiones internas que amenazan con cambiarlo todo. El destino de la joven protagonista se ha convertido en la pieza fundamental de un rompecabezas que no parece estar al alcance de nadie.
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LA DESAPARICIÓN QUE ENCIENDE TODAS LAS ALARMAS EN LA PROMESA
Fuente: RTVE
La afirmación de que Ángela en «La Promesa», la criada más admirada por su discreción y la más leal del servicio, no regresa al Palacio durante la noche, se transforma en un ‘meme’ entre el servicio y los señores, preocupados y desconcertados por la falta de la joven y por haber descubierto un sistema muy frágil que, por otra parte, siempre actuaba de forma más o menos predecible. La decisión de que Ángela, la más admirada de todas las criadas por su trabajo, no regrese al Palacio por la noche ha preocupado tanto al servicio como a los señores por su ausencia.
Cristóbal se da cuenta y en su afán de encontrar a Ángela a la mayor rapidez posible es autorizado y decidido, y como medida de seguridad, resulta ser una decisión bastante definitiva para el joven, lo que podría ensuciar la relación entre ambos, exigiendo también la preocupación por la joven, por lo que en esa exclusión de Curro también se aprecia el deseo de Cristóbal de alejarlo de sus propias fronteras.
El clima de desconfianza en una relación en la que en el fondo se puede ver que la falta de una cierta urgencia hace que la propia relación se vea en peligro por la falta de una justificación más allá de las discriminaciones de la relación en la que la negativa a buscar a la joven sea una estrategia de protección y de control de Curro, suponiendo su lucha por el mismo sentido de identidad. La desaparición de Ángela, la falta de control, el miedo y la visión de las relaciones entre los personajes de la serie se convierte en un foco de atención.