El Diario Oficial de Castilla-La Mancha (DOCM) publicará este martes 15 de noviembre, la resolución de la Viceconsejería de Cultura y Deportes por la que se inicia expediente para declarar Bien de Interés Cultural el Palacio de los marqueses de Villamejor, en la ciudad de Guadalajara, con la categoría de Monumento.
Así lo ha anunciado la consejera de Educación, Cultura y Deportes, Rosa Ana Rodríguez, en una visita realizada al palacio, en la que la máxima responsable cultural ha estado acompañada de la segunda teniente alcalde de Guadalajara, Sara Simón; del delegado de la Junta en la provincia de Guadalajara, Eusebio Robles; y del delegado provincial de Educación, Cultura y Deportes, Ángel Fernández-Montes, entre otras autoridades.
En sus declaraciones ante los medios de comunicación, Rosa Ana Rodríguez ha destacado que con esta declaración el Gobierno de Castilla-La Mancha «cumple con un compromiso con el patrimonio y la cultura de la ciudad y de la propia provincia de Guadalajara. Compromiso que fue hecho público el pasado mes de abril», ha informado la Junta en nota de prensa.
Además, la consejera ha explicado que el Gobierno regional realiza esta declaración «por ser el monumento uno de los pocos ejemplos que quedan en la ciudad de la arquitectura civil del siglo XVII y por el valor patrimonial de los ornamentos y componentes arquitectónicos que atesora en su interior».
El antiguo Palacio de los marqueses de Villamejor o Palacio de ‘la Cotilla’ es uno de los escasos ejemplos que quedan en la ciudad de Guadalajara de la arquitectura civil del siglo XVII. Se trata de un monumento que conjuga a la perfección, en el exterior, la estética barroca imperante en la arquitectura civil de la Corte, manifestada en su fachada, con los cánones de la tradición edificatoria de la ciudad, subordinándose en el interior a ellos a partir de un patio vertebrador con una galería de columnas de piedra y capiteles, zapatas y jácenas de madera.
Esta casona aristocrática se mantuvo invariable en los siguientes siglos ampliándose en el s. XIX para adaptarse a los nuevos gustos y corrientes de la época. La huerta se transformó en jardín incorporándose un elemento exótico en el salón principal, el ‘Salón Chino’, tapizado con un papel de gran excepcionalidad plástica, procedente de los talleres artísticos de la China de los emperadores de la dinastía Qing. Esta chinería se suma a otros raros ejemplos de salones europeos ornamentados con tapicerías de papel, existiendo en España sólo otro ejemplo en Almagro (Ciudad Real).
Por último, destaca el interés del subsuelo del palacio, al emplearse sus galerías y sótanos como refugio por la población civil durante la Guerra Civil española a principios del siglo XX, convirtiéndose este inmueble en testimonio histórico directo de esta contienda.
Rosa Ana Rodríguez ha indicado que con la incoación del expediente «este edificio pasa a tener la consideración de Bien de Interés Cultural hasta su declaración definitiva en los próximos meses».