En la actualidad, la mutilación genital femenina es un problema que afecta a más de 200 millones de niñas y mujeres en todo el mundo. Esta práctica, que supone la alteración o lesión de los genitales por motivos no médicos, está reconocida como una grave violación de los derechos humanos, la salud y la integridad de mujeres y niñas. Cada día, 12.000 niñas corren el riesgo de sufrirla, lo que significa que en este año, 4,4 millones de niñas podrían ser sometidas a esta práctica.
Los efectos de la mutilación genital femenina son devastadores, con complicaciones de salud a corto y largo plazo, incluyendo dolor crónico, infecciones, mayor riesgo de transmisión de VIH, ansiedad, depresión, complicaciones durante el parto, infecundidad e incluso la muerte. Es un claro obstáculo para alcanzar la igualdad entre mujeres y hombres y para el empoderamiento y el desarrollo de una vida plena para millones de mujeres y niñas.
Es por eso que la comunidad internacional se ha comprometido a poner fin a la mutilación genital femenina para el año 2030, intensificando los esfuerzos a nivel regional, nacional y mundial. A pesar de que ha habido avances en la reducción de esta práctica, aún queda mucho por hacer para erradicarla por completo.
En Castilla-La Mancha, el Gobierno está comprometido en la prevención, sensibilización y concienciación para erradicar la mutilación genital femenina en el transcurso de esta década. Esto incluye esfuerzos en la protección y apoyo a las víctimas en su recuperación.
La región ha sido pionera en el desarrollo del Protocolo para la Prevención de la Mutilación Genital Femenina, que involucra a todas las áreas necesarias para abordar este problema de manera integral: Sanidad, Bienestar Social, Educación e Igualdad, así como asociaciones y entidades que trabajan directamente con las personas afectadas. Además, se ha establecido una Ley para una Sociedad Libre de Violencia de Género que prohíbe la mutilación genital femenina como una de las formas más extremas de discriminación contra las niñas y las mujeres.
A través de estas medidas, se ha creado una red de profesionales y entidades que trabajan para garantizar los derechos y oportunidades de las mujeres y niñas afectadas, con el objetivo de erradicar esta práctica atroz.
El compromiso de la sociedad castellanomanchega es clave en la lucha contra la mutilación genital femenina. Se necesita la implicación de todas las personas, mujeres y hombres comprometidos en la consecución de una región, un país y un mundo pacífico, próspero y sostenible, donde los derechos y oportunidades de mujeres y hombres, niños estén garantizados en plena, real y efectiva igualdad.
Es necesario seguir trabajando juntos para erradicar la mutilación genital femenina y garantizar un futuro libre de violencia y discriminación para todas las niñas y mujeres.