La cosecha de otoño de mieles de espliego, lavanda y milflores ha dado inicio en la provincia de Guadalajara. Entre las mieles producidas, se encuentra la miel con Denominación de Origen Alcarria. Las previsiones para este año son «muy buenas» en términos de calidad, aunque se anticipa una reducción en la cantidad, que se estima en un 60% en comparación con los años normales.
En la actualidad, ya se ha iniciado la recolección de la cosecha de lavanda, girasoles y espliego, mientras que los apicultores comienzan a preparar las colmenas para el invierno. Ángel Marco, presidente de la Asociación de Apicultores de Guadalajara, ha informado a Diario CLM que las olas de calor han afectado el campo en algunas zonas, lo que ha resultado en una disminución de la producción. Sin embargo, las recientes lluvias han mejorado las condiciones agrícolas, permitiendo que la situación sea calificada de «aceptable».
El líder de los apicultores ha señalado que, a pesar de ser un año seco, se están obteniendo mieles de alta calidad, como se pudo comprobar en primavera con las mieles de romero y tomillo. Marco destaca que Guadalajara, junto con Albacete y Cuenca, se posiciona como una de las provincias con mayor producción de miel en Castilla-La Mancha.
En otro orden de ideas, el presidente ha hecho un llamado para aumentar la presencia del sector apícola en colegios e institutos, promoviendo catas y charlas que destaquen los beneficios de este producto. Esta iniciativa busca aumentar el conocimiento y el consumo de la miel, que actualmente se sitúa en un promedio de 800 gramos por habitante en España, frente a los 1.5 kilos que se consumen a nivel europeo. Algunos miembros de la Asociación de Apicultores de Guadalajara ya están llevando a cabo esta labor en centros educativos, aunque Marco enfatiza la necesidad de seguir fomentando el conocimiento de las propiedades de la miel en todas las edades.
La mayoría de los socios de la Asociación combina la actividad apícola con otras profesiones, con una media de 80 colmenas por persona. Si bien esta provincia no es la excepción en el ámbito apícola, se ha observado un incremento en la incorporación de jóvenes al sector de manera profesional. Actualmente, la media de edad en el sector es de 40 años, aunque esta cifra se eleva considerablemente si se considera únicamente a los profesionales con mayor trayectoria, quienes continúan dedicándose a la apicultura a pesar de su avanzada edad.