La Corte Suprema de Estados Unidos tomó una decisión significativa este martes al rechazar la solicitud del Gobierno de Donald Trump para enviar tropas de la Guardia Nacional a Chicago. Esta medida se había solicitado como parte de una estrategia para proteger a los agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en medio de una intensa oposición y protestas en la ciudad. El tribunal, en un fallo de 6 a 3, desestimó los argumentos del Departamento de Justicia, afirmando que la ley invocada solo permite el despliegue militar bajo circunstancias excepcionales y cuando las fuerzas regulares son insuficientes para mantener el orden.
Los jueces destacaron la falta de evidencia que justificara la intervención militar, un argumento respaldado por la jueza federal April M. Perry, quien previamente había bloqueado el intento de Trump al calificar las afirmaciones del Gobierno como poco creíbles. Las autoridades locales, por su parte, argumentaron que los agentes del orden estatales y locales han manejado las protestas sin incidentes significativos, subrayando la ausencia de razones válidas para una movilización militar en Chicago.
Aunque esta resolución se limita al caso de Illinois, establece un precedente que podría influir en la creciente fricción entre la administración federal y estados demócratas, que han criticado las acciones unilaterales de Trump para desplazar tropas en diversas ciudades como Portland, Los Ángeles y Washington D.C. El fallo podría ser un punto de inflexión en las batallas legales sobre la autoridad federal en cuestiones de seguridad y orden público, especialmente en el contexto de las políticas migratorias.
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