La consternación de los municipios ribereños frente a la decisión de otro trasvase considerado ‘injusto’

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La Asociación de Municipios Ribereños ha expresado su profunda consternación y desolación ante la aprobación de un nuevo trasvase de 20 hm3 desde las cabeceras del río Tajo hacia la cuenca del Segura. Esta decisión, catalogada como «injustificable» por la asociación, llega a pesar de las súplicas reiteradas para modificar las Reglas de Explotación, especialmente dado que el plazo autoimpuesto para dicha modificación está a dos meses de finalizar.

El presidente de la asociación, Borja Castro, lamentó la falta de acción por parte del Ministerio de Reto Demográfico y Transición Ecológica. «Creemos que un Ministerio de Reto Demográfico y Transición Ecológica debería tener mayor sensibilidad con las necesidades de la España rural y el río Tajo», dijo Castro, agregando que la entidad estatal se muestra reacia a enfrentar las presiones de la agroindustria y la extrema derecha de la región levantina.

La asociación ha criticado también la postura de la Región de Murcia, señalando que las alegaciones de necesidad son artificiales, especialmente teniendo en cuenta que la región no ha adoptado las medidas adecuadas durante un ciclo húmedo reciente. «Desde la Región de Murcia argumentan una necesidad que solo puede calificarse como artificial, después de haber atravesado un ciclo húmedo que han desperdiciado por completo, sin acometer ningún recorte», afirmaron desde la asociación.

Castro enfatizó que la zona no está preparada para enfrentar sequías, a pesar de haber sido una de las más beneficiadas en los últimos cinco años en términos de precipitaciones. «No están preparados para la falta de lluvia, después de ser una de las zonas más beneficiadas en el último lustro, pero eso no es culpa del Tajo», insistió.

La angustia se acentúa en las comunidades alrededor de la cabecera del Tajo, que se sienten agobiadas al tener que transferir la mayor parte del agua de sus embalses, que beneficia principalmente a una industria que no ha considerado ningún tipo de sacrificio o recorte.

La advertencia de la asociación es severa: la naturaleza podría ser la que ponga fin a esta práctica si desde el Ministerio no se toman las medidas necesarias. «Si desde el Ministerio no se atreven, será la propia naturaleza quien ponga fin al dislate», señalaron. Además, hicieron énfasis en que las proyecciones sobre la situación son alarmantes y, sin un cambio urgente en la gestión del agua, la región está condenada a sufrir condiciones que deberían ser excepcionales, pero que corren el riesgo de convertirse en la norma.

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