La comunidad de Maristas ha puesto fin a su presencia en Guadalajara después de 62 años. Para celebrar su despedida, se realizó una eucaristía presidida por el obispo Atilano Rodríguez, a la que asistieron más de 170 personas, en su mayoría vinculadas al colegio Champagnat, como profesores, familias, alumnos y amigos.
Aunque los cuatro hermanos que quedaban en Guadalajara de la comunidad Marista abandonarán la localidad, el colegio que se estableció posteriormente permanecerá abierto «sin ningún problema». Desde hace algunos años, el equipo pedagógico y técnico del colegio ha estado funcionando sin la presencia de los hermanos Maristas, aunque la titularidad sigue siendo de esta comunidad, según han confirmado fuentes de la Diócesis a Europa Press.
Los cuatro hermanos que quedaban en la capital ya tenían conocimiento desde el verano pasado sobre sus nuevos destinos en otras comunidades de España. Los hermanos mayores se trasladarán a comunidades de descanso, mientras que los dos hermanos más jóvenes tendrán la responsabilidad de visitar periódicamente el colegio que sigue funcionando en la capital, además de otras tareas que se les asignen en sus nuevas responsabilidades.
La ceremonia de despedida tuvo como objetivo reconocer la labor educativa y pastoral que los Hermanos Maristas iniciaron en Guadalajara en 1961. Según las mismas fuentes, la despedida estuvo llena de un sentimiento de intimidad y nostalgia.
