La cláusula de Eddahchouri puede dejar al Deportivo sin delantero y sin ingresos

El Deportivo de La Coruña comienza la temporada con fuerza

El Deportivo de La Coruña ha vuelto a encender la chispa de la esperanza en Riazor. Como un viejo marinero que, tras la tormenta, encuentra viento a favor, el equipo gallego ha iniciado la temporada con paso firme y sin rastro de derrota en sus primeros cinco encuentros. Tres victorias y dos empates que, más que estadísticas, son bálsamos para una afición que ha aprendido a convivir con la nostalgia de los tiempos gloriosos. El 4-0 frente al Sporting de Gijón no solo fue un marcador abultado, sino un gesto de autoridad, un aviso de que el Dépor no quiere ser un invitado en la Liga Hypermotion, sino protagonista.

Sin embargo, nada resulta tan paradójico como este presente blanquiazul. Justo cuando los resultados sonríen y la clasificación le coloca a un suspiro del líder, Racing de Santander, surge la inevitable pregunta. ¿Podrá el club sostener el proyecto o la realidad del mercado se encargará de desarmarlo? El fútbol, ya se sabe, se parece demasiado a esos castillos de arena que se levantan con entusiasmo, pero que dependen de la marea.

La juventud que sostiene un legado

En este renacer deportivista, hay dos nombres que se han convertido en estandartes, Yeremay Hernández y David Mella. Ambos rechazaron tentaciones de clubes con carteras más abultadas y vitrinas más brillantes para permanecer en A Coruña. Esa decisión, romántica y valiente, es casi un gesto anacrónico en un fútbol que suele reducirse a cifras y cláusulas. El Dépor, con ellos, no solo gana en talento, sino en un intangible aún más valioso, la sensación de que la fidelidad todavía puede ser un motor deportivo.

Pero el verdadero golpe de efecto vino desde los Países Bajos. Zakaria Eddahchouri, llegado por apenas 300 mil euros desde el Telstar, ha pasado de incógnita a protagonista. Como esos vinos que necesitan airearse antes de revelar su aroma, el delantero tardó unos meses en adaptarse, pero hoy se ha destapado como la referencia ofensiva. Su hat-trick frente al Sporting no fue casualidad, sino confirmación de que a sus 25 años puede ser el arma que devuelva al Deportivo al lugar del que nunca quiso marcharse.

El precio de brillar demasiado pronto

Y aquí entra en escena la ironía del destino, cuanto más rinde Eddahchouri, más vulnerable se vuelve el Dépor. Varios clubes de la Eredivisie ya han tomado nota de sus cifras y, con una cláusula inferior al millón de euros, su salida parece tan probable como incómoda. Para un equipo que busca estabilidad, perder a su goleador estrella en enero sería como quitarle el timón a un barco en plena travesía.

El dilema es cruel pero conocido, disfrutar del presente o temer por el futuro. Si Eddahchouri se queda, el sueño del ascenso se volverá más tangible que nunca. Si se marcha, el Deportivo no solo perdería a su referencia ofensiva, sino que tampoco tendría ingresos significativos que compensen la herida. La temporada avanza entre ilusión y zozobra, como esas noches gallegas en las que la niebla oculta tanto el horizonte como la amenaza.

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