La central nuclear de Trillo, situada en Guadalajara, llevó a cabo el jueves un simulacro anual, conforme a los requerimientos de su Plan de Emergencia Interior (PEI). Este ejercicio contó con la participación de la Organización de Respuesta ante Emergencias del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) y de la Subdelegación del Gobierno en Guadalajara.
El simulacro se desarrolló desde la Sala de Emergencias de respaldo (Salem 2), ubicada en el cuartel general de la Unidad Militar de Emergencias (UME) en Torrejón de Ardoz, Madrid. Este tipo de ejercicios en Salem 2 se realizan anualmente como parte de un acuerdo establecido en 2010 entre el CSN y la UME, permitiendo simular la indisponibilidad de la Sala de Emergencias en la sede del CSN.
El ejercicio comenzó a las 10:14 horas con la declaración de prealerta de emergencia del PEI, provocada por un terremoto en la zona que dejó a la central sin suministro eléctrico exterior. Se simuló la parada automática del reactor y el arranque de cuatro generadores diésel de salvaguardias para garantizar el suministro eléctrico necesario para la refrigeración del reactor.
Durante el simulacro, también se recreó la rotura de tubos de uno de los generadores de vapor, así como la detección de radiación en el exterior de la instalación, aunque se determinó que no hubo impacto radiológico fuera del emplazamiento. Esta emisión se atribuyó a que dos válvulas de la línea de vapor del generador afectado no cerraron automáticamente según lo diseñado.
Además, el titular de la central notificó que el edificio de servicios médicos había quedado inutilizado debido a un incendio, que fue controlado y extinguido por la brigada antiincendios de la planta. Ante esta serie de incidentes, el CSN recomendó controlar los accesos a la central mediante el Centro de Coordinación Operativa (CECOP) activado en la Subdelegación del Gobierno en Guadalajara.
El ejercicio incluyó la simulación de la declaración de emergencia en el emplazamiento, clasificándose en la categoría III del PEI. Por su parte, el CSN activó su Organización de Respuesta ante Emergencias (ORE), alcanzando el modo 2, lo que implicó la activación de grupos operativos de su Sala de Emergencias. Desde el CECOP, se activó la situación I del Plan de Emergencia Nuclear ante Grandes Urgencias (PENGUA).
Cualquier incidente de este tipo podría haber sido clasificado inicialmente como nivel 2 en la Escala Internacional de Sucesos Nucleares y Radiológicos (INES), con el potencial de avanzar a un nivel 3 tras un análisis exhaustivo de sus consecuencias.