En el corazón de Almagro, la Ferretería Carmona celebra un siglo de historia, manteniéndose como un emblema de tenacidad y tradición en la región. Fundada en el siglo XIX por don Diego Camacho, esta empresa familiar ha sabido adaptarse a los cambios del tiempo sin perder sus pilares fundamentales: tradición, servicio y confianza.
May Carmona, actual gerente del establecimiento, relata cómo su abuelo, tras llegar desde Daimiel para trabajar con don Diego Camacho, se hizo con el negocio en 1914, dando inicio a una saga familiar que expandiría su legado a Puertollano y Ciudad Real, aunque esos locales ya no permanecen abiertos. Por su parte, la ferretería original ha experimentado dos grandes cambios de localización: sus inicios se dieron en la calle Federico Relimpio, y desde 1922, se encuentra en la calle Madre de Dios, donde sigue activa hasta hoy.
La Ferretería Carmona no es solo un punto de venta de herramientas y materiales, sino un pilar de unión y confianza para la comunidad. Anécdotas sobre apertura fuera de horario y la relación de confianza con las hermandades locales demuestran la integridad y compromiso del negocio con sus clientes.
Enfrentándose a los desafíos de la era digital y la competencia online, May Carmona subraya el valor del servicio personalizado y el asesoramiento experto que ofrecen, factor distintivo clave frente a la venta impersonal por internet.
El negocio ha obtenido distintos reconocimientos y premios, reflejando así su importancia tanto en el ámbito empresarial como en el tejido social de Almagro. Además, su historia y tradición se destacaron en una exposición en la Casa-Palacio de Juan Jédler, donde se mostraron documentos, herramientas antiguas y otros elementos que testimonian la evolución de la ferretería, como una plancha, un mostrador de 1900, una báscula de los 60 y una bombilla que sigue iluminando la entrada desde hace 65 años.
Tomás Sánchez, empleado desde la introducción del euro en España, enfatiza el valor añadido del comercio local: la atención personalizada, la adaptación a las nuevas tendencias en ventas y la creación de vínculos cercanos con la clientela, quienes «dejan de ser clientes para ser amigos e incluso familia».
Definida por su arraigo y dedicación incansable, la Ferretería Carmona no solo conmemora cien años de comercio, sino la estrecha relación entre una empresa, su comunidad y un legado familiar que ha trascendido generaciones, convirtiendo a este comercio en un auténtico símbolo de Almagro.