En un acto que aúna historia y devoción, la ciudad de Cuenca se ha vestido de gala para conmemorar un momento clave de su pasado. Soledad Blanco Real, destacada por ser la segunda concejal más joven de la Corporación, ha tenido el honor de trasladar uno de los símbolos más representativos de la conquista de la ciudad, desde la casa consistorial hasta el sagrado recinto de la catedral.
Este significativo evento ha continuado con la celebración de una solemne eucaristía, que ha reunido a fieles y autoridades en una misma oración y conmemoración. Al finalizar la liturgia, se ha llevado a cabo uno de los momentos más emblemáticos de la jornada: la comitiva, presidida por la concejal Blanco Real, ha procedido hacia la estatua de Alfonso VIII, el rey que reconquistó la ciudad en el siglo XII.
Frente al monumento, el alcalde Darío Dolz, acompañado por Conrado Martínez, presidente de la Asociación de Peñas Mateas, ha realizado la Ofrenda Floral. Este acto simbólico no solo honra la memoria del monarca sino que también refuerza la identidad y el sentido de pertenencia de los conquenses a su historia y legado cultural.
La jornada ha sido una muestra más de la estrecha relación entre la tradición y la actualidad en la vida de Cuenca, una ciudad que no olvida sus raíces y que sabe hacer de cada conmemoración un motivo para reunir a sus ciudadanos en torno a la historia y los valores comunes. Con la participación activa de las nuevas generaciones, representadas en figuras como Soledad Blanco Real, Cuenca asegura la transmisión de su patrimonio cultural a futuras generaciones, manteniendo vivos los episodios que han forjado su identidad a lo largo de los siglos.