La Casa Blanca establece nuevo protocolo para seleccionar a los periodistas que podrán interrogar a Trump en futuras ruedas de prensa

En una medida sin precedentes, la Casa Blanca ha anunciado cambios radicales en cómo se gestionará el grupo de periodistas que cubren al presidente estadounidense. Bajo la nueva política, anunciada por la portavoz Karoline Leavitt, el Gobierno de Donald Trump se otorgará el derecho de seleccionar directamente a los periodistas que tendrán la oportunidad de hacer preguntas durante los actos presidenciales. Este cambio termina con casi cien años de tradición en los que la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca (WHCA) asumía esta responsabilidad, promoviendo un acceso equitativo para los medios.

La WHCA, desde su creación en 1914, ha trabajado para asegurar que una amplia variedad de voces periodísticas puedan cubrir las actividades del presidente de EE. UU., tanto en el país como en viajes al extranjero. Los periodistas seleccionados forman parte de un «pool», un grupo limitado que comparte la información recabada con el resto de la prensa. Este sistema ha permitido a muchos medios tener acceso a eventos a los que, debido a limitaciones de espacio y seguridad, no todos pueden asistir.

El nuevo anuncio se ha topado con polémicas y críticas por parte de varios sectores que ven en esta decisión una amenaza a la libertad de prensa. Una de las controversias más sonadas ha sido la confrontación con la agencia de noticias Associated Press (AP), a la cual se le ha restringido el acceso por seguir denominando al «golfo de México» con su nombre tradicional, en lugar de «golfo de América» como prefiere la actual administración. La decisión de excluir a AP ha desencadenado acciones legales por parte de la agencia, argumentando que esta restricción vulnera el derecho constitucional a la libertad de prensa. A pesar de que un juez ha permitido temporalmente continuar con esta exclusión, al Gobierno se le ha instado a reconsiderar su posición.

Esta nueva política de selección directa por parte del Gobierno plantea interrogantes sobre la objetividad y la diversidad de las voces permitidas en el espacio periodístico presidencial. Tradicionalmente, el «pool» de periodistas ha estado compuesto por entre 13 y 14 miembros, número que ocasionalmente se expande, representando a diferentes medios, incluidos prensa escrita, radio y televisión. La función de este grupo ha sido actuar como los ojos y oídos de la prensa, garantizando que la cobertura de las actividades presidenciales sea accesible para todo el espectro mediático.

Esta medida marca un punto de inflexión en la relación entre la Casa Blanca y los medios de comunicación, suscitando debates sobre el equilibrio entre la seguridad, el acceso a la información y los derechos de la prensa en una democracia. Con acciones legales en curso y un panorama mediático cada vez más polarizado, queda por ver cómo se implementará esta política y cuáles serán sus efectos a largo plazo tanto para la prensa como para el público al que sirve.

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