En lo que representa una significativa marca en la diplomacia internacional de Estados Unidos, el presidente Donald Trump recibe hoy en la Casa Blanca al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, marcando el primer encuentro de Trump como presidente con un líder internacional. Este no es un acontecimiento menor, ya que simboliza no solo la continuación sino potencialmente una intensificación de las relaciones entre Estados Unidos e Israel.
Netanyahu, quien llegó a Estados Unidos el pasado fin de semana y cuyo viaje se extenderá hasta este sábado, ha expresado su intención de «reforzar la seguridad de Israel, ampliar el círculo de la paz y lograr una era de paz notable a través de la fuerza». Este encuentro llega en un momento crítico, justo después de poco más de dos semanas del alto al fuego en Gaza, lo que podría definir el futuro de la región.
La Franja de Gaza está en un crucial punto de inflexión. Aún fresco el alto el fuego entre Hamás e Israel, la realidad en el terreno es un testimonio de las secuelas del conflicto. Aunque Hamás ha retomado algunas funciones de control, la perspectiva de su liderazgo no es considerada viable ni por Israel ni por Estados Unidos. La administración Trump, adoptando una postura más belicista que la anterior administración de Biden, ha sugerido indirectamente un desplazamiento de la población de Gaza hacia Egipto y Jordania, lo cual ha provocado temores de una nueva Nakba.
La reconstrucción de Gaza enfrenta obstáculos significativos, no sólo por la devastación física sino por la complejidad política de la región. La Autoridad Nacional Palestina (ANP) se presenta como una alternativa de liderazgo, a pesar de la percepción de estancamiento y desconexión con la población palestina. La posibilidad de que Marwan Bhargoutti, actualmente en prisión, emerja como una figura de liderazgo, se ve lejana, pero es remarcada por algunos como simbólica y potencialmente transformadora, al evocar la imagen de Nelson Mandela.
Mientras tanto, la situación humanitaria en Gaza es desesperada. Con más de 46,000 muertos a causa de las ofensivas israelíes y una infraestructura básica destruida, la urgencia de reconstruir y rehabilitar la región es palpable. La entrada de ayuda humanitaria, la reconstrucción de viviendas y la restauración del sistema de salud son prioridades inmediatas. La ONU señala que cualquier proceso de recuperación debe minimizar el riesgo de recurrencia del conflicto, subrayando la importancia de un enfoque equilibrado y sostenible para la reconstrucción de Gaza.
Este encuentro entre Trump y Netanyahu, por lo tanto, no solo es significativo en términos de relaciones bilaterales sino que también representa un momento crítico para el futuro de Gaza. La dirección que tomen Estados Unidos e Israel podría tener implicaciones de largo alcance para la estabilidad y la paz en la región, así como para la vida de millones de palestinos.