En las recientes publicaciones literarias del Reino Unido, las memorias de Alexander Boris de Pfeffel Johnson, más conocido entre sus seguidores y detractores como Boris Johnson, han causado un revuelo considerable tanto por su contenido como por el contexto de su lanzamiento. En un peculiar giro literario, el mismo día que salían a la luz las tan anticipadas memorias de Johnson, apareció también en las estanterías una parodia de la misma, concebida por Ian Martin, un reconocido coguionista de sátiras políticas. Este lanzamiento doble ha llevado a los lectores por un confuso, pero entretenido, laberinto de realidad y ficción.
La parodia, ingeniosamente diseñada para imitar tanto en presentación como en título al manuscrito original de Johnson, ha encontrado un espacio en el corazón y las bibliotecas de los lectores, tanto es así que algunos desafortunados jubilados han confundido uno con el otro. Este feliz accidente ha sido bien recibido por Ian Martin, cuya obra lleva el provocador eslogan «Garantizado: una parodia más real que el objeto parodiado», un comentario que resuena con momentos curiosamente surrealistas de las memorias oficiales de Johnson, incluyendo una casi invasión a los Países Bajos en busca de vacunas durante la pandemia.
Más allá del humor y la sátira, el lanzamiento paralelo de estos libros ha subrayado no solo el eterno retorno de Johnson a la esfera pública sino también su inquebrantable habilidad para monetizar su controvertida carrera. Según informes de ‘The Guardian’, el libro de Boris fue el más vendido en su primera semana en el Reino Unido, superando ampliamente las memorias de otros políticos británicos contemporáneos. A pesar de la crítica mixta, que califica su trabajo como frívolo y aburrido, Johnson ha logrado asegurar un adelanto de 600,000 euros, con expectativas de ganar millones más en ventas y derechos internacionales.
Esta habilidad para generar ingresos parece contrastar marcadamente con las continuas quejas de Johnson sobre su supuesta insolvencia financiera, un lamento que parece poco convincente teniendo en cuenta su reciente compra de una mansión de 3,8 millones de libras sin necesidad de hipoteca. La historia de Johnson es una de resiliencia financiera y política, a pesar de los numerosos escándalos y críticas.
Además de sus hazañas literarias, Johnson ha encontrado lucrativas oportunidades tras dejar el cargo de primer ministro, incluida una columna semanal en el ‘Daily Mail’ con un acuerdo que supera el millón de libras al año y una carrera como conferenciante que le reporta entre 200,000 y 250,000 libras por aparición. Estos empeños han incrementado notablemente su patrimonio, lo que le permite llevar un estilo de vida de considerable lujo.
Aunque su carrera política pueda haber tenido sus baches, el vendaval de las memorias de Boris Johnson demuestra que sigue siendo una fuerza formidable en la cultura británica, capaz de incitar tanto a la admiración como al escrutinio. Con las ventas del libro indicando un interés continuado en su persona, Johnson permanece imbatible en el arte de permanecer relevante, rentable y, en muchos aspectos, inescrutable.
