La Asociación para la restauración y recuperación del Convento de Santa María del Campo Rus, ubicado en Cuenca, ha hecho un llamado urgente a la colaboración de administraciones para lograr el arreglo de este importante templo. La preocupación se centra en el temor de perder un valor patrimonial «incalculable» y «oportunidades» de desarrollo territorial si no se consigue el apoyo económico necesario.
El presidente de la asociación, Jesús Patiño, explicó que el convento, originado en 1564 por la decisión de construir sobre la antigua ermita de Santa María del Campo Rus, consta de dos partes: la nave central, que se encuentra en buenas condiciones y ha recibido reformas, y el crucero, que se derrumbó en los años 70. La parte deteriorada, actualmente expuesta a la intemperie y rodeada de escombros, sufre los efectos de las inclemencias meteorológicas y las filtraciones de agua, poniendo en riesgo la integridad del edificio.
Este convento no solo es clave en la historia del municipio al darle su nombre, sino que también ha sido relevante por las personalidades que de él salieron, como religiosos que fueron confesores de la corte. Figurantes como Carlos Patiño, maestro de la Real Capilla de Felipe IV, y Antonio de Castañeda, involucrado en negociaciones para la liberación de prisioneros en Argel, han marcado su legado histórico.
La asociación, fundada en 2024 y compuesta por aproximadamente 100 miembros, está conformada en gran parte por vecinos y representantes de los principales negocios de la localidad. Con una participación activa de la comunidad, se prevé iniciar en 2025 las tareas de desescombro del templo en ruinas, con la colaboración de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) en un proyecto formativo que ofrecerá oportunidades laborales mientras se trabaja en la recuperación del patrimonio.
Aunque la asociación ha recaudado fondos a través de diversas iniciativas de la comunidad, estas contribuciones no son suficientes para cubrir todos los costos asociados a la restauración, que incluyen estudios geológicos, geotécnicos y arqueológicos. La respuesta del pueblo ha sido significativa, especialmente en el contexto del 460 aniversario de la fundación del convento el año pasado, destacando su importancia como elemento patrimonial que narra la historia local.
Para avanzar en esta causa, la asociación tiene planes de solicitar fondos públicos necesarios a través de distintas convocatorias vigentes, apuntando a la obtención de «ayuda pública» que facilite la rehabilitación del templo. Con un enfoque en iniciar las tareas de desescombro, los miembros de la asociación subrayan su compromiso para evitar la pérdida de un patrimonio histórico valioso y fomentar el uso del convento no solo para fines religiosos y festivos, sino también como herramienta de desarrollo turístico, cultural y formativo, especialmente en un área marcada por la despoblación.
