En el Museo Paleontológico de Cuenca, con la majestuosidad de la historia antigua como testigo, la comunidad de arquitectos de Castilla-La Mancha se congregó para celebrar su segunda gala bienal de premios. El evento no solo sirvió para honrar a los profesionales más destacados de su campo, sino también para reafirmar su importancia en la sociedad. Un total de 94 propuestas fueron sometidas por arquitectos deseosos de obtener este reconocimiento en alguna de las ocho categorías disponibles.
Elena Guijarro, la decana de los arquitectos de Castilla-La Mancha, fue la encargada de abrir la gala. Guijarro hizo hincapié en la necesidad de reivindicar la arquitectura y sus ramas emergentes, destacando la inclusión de nuevas categorías en la edición actual del premio. La celebración del cine, los montajes escénicos y las exposiciones, todas ellas facetas que ahora son parte integral de la disciplina arquitectónica, fue un punto central de su discurso.
La gala también se destacó por la introducción de la categoría ‘Permanencia’, fomentando así el reconocimiento de obras arquitectónicas que han sobrevivido el paso del tiempo, y una distinción especial por la trayectoria de toda una vida, estrenada en esta edición del evento.
Marta Vall-llossera, presidenta del Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España, prosiguió el acto enfatizando el papel de la arquitectura como motor de la calidad de vida y la sostenibilidad. Subrayó que la arquitectura tiene la responsabilidad de crear espacios que implican no sólo habitar sino también sentir y pertenecer, y reconoció su importancia para la felicidad de las personas.
En medio del evento, la necesidad de reconocer la importante labor de los arquitectos quedó patente en la proyección de un libro que compila los trabajos premiados en esta edición. Dicho libro, que promete capturar la visión particular de cada proyecto según sus propios autores, formará parte de un ciclo bienal que intercalará la presentación de la publicación con la ceremonia de premiación, asegurando así su continuidad hasta 2025 y más allá.
La nota institucional estuvo a cargo del vicepresidente de Castilla-La Mancha, José Luis Martínez Guijarro, quien no sólo alabó a los profesionales que modelaron Cuenca sino también habló de la importante colaboración a nivel regional para rehabilitar las viviendas, evidenciada por las 30,000 personas que han recibido asistencia en este ámbito. El impulso a la rehabilitación continuará con un incremento de fondos hasta los 215 millones de euros, y con ello la llamada a respetar y continuar el legado arquitectónico.
En cuanto a los galardones otorgados, las propuestas galardonadas abarcaban un espectro amplio, desde la ‘Casa de Campo’ en Zafra de Záncara hasta proyectos como los ‘Alojamientos de turismo rural Dehesa Boyal’ en Mariana. La diversidad de proyectos premiados subraya la variedad y el dinamismo dentro de la profesión. Destaca especialmente la distinción de honor a la trayectoria otorgada a Alberto Campo, un veterano respetado en el campo de la docencia y la práctica arquitectónica. Campo, con un sentido del humor que desdibuja la solemnidad habitual de tales reconocimientos, destacó la relevancia cultural de la arquitectura, mencionando incluso cómo la cantante Aitana ha elegido su casa para filmar un videoclip.
En definitiva, esta segunda gala no sólo reconoció a los arquitectos de Castilla-La Mancha por su excelencia y contribuciones, sino que se erigió como un foro para la valoración de una profesión en constante evolución, y para la promesa de su relevancia presente y futura.
