La alfarería y cerámica del pueblo toledano El Puente del Arzobispo ha pasado por momentos complicados en los últimos años, pero recientemente ha vuelto a cobrar importancia tras ser reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial por la Unesco en 2019. Este reconocimiento ha supuesto un gran orgullo para los habitantes del municipio, quienes ven en esta distinción una oportunidad para fomentar el turismo y el aprendizaje.
En su época de auge, El Puente del Arzobispo contaba con más de 80 fábricas artesanas de alfarería, pero la crisis y la pandemia provocaron el cierre de gran parte de ellas. En la actualidad, solo aproximadamente 20 talleres continúan activos, según datos obtenidos por Europa Press. A pesar de este declive, la alcaldesa de la localidad, Rocío Castro, se muestra optimista y confía en el potencial que tiene el título otorgado por la Unesco para revitalizar el sector.
El oficio de la alfarería ha sido el eje central de El Puente del Arzobispo durante décadas, lo que ha llevado a que la mayoría de los profesionales del sector superen los 50 años de edad. Sin embargo, también hay jóvenes alfareros que apuestan por esta tradición y animan a continuar con el progreso generacional. Incluso se ha llevado a cabo un campamento para niños donde un abuelo compartió sus conocimientos de cerámica, fomentando así el interés de los más pequeños por este arte.
El futuro de la alfarería y la cerámica del municipio depende en gran medida de los jóvenes. Por ello, se han establecido compromisos para atraer a nuevas generaciones y también para retener a aquellos que ya están vinculados con este oficio. Todo esto se busca lograr en colaboración con la Junta, la institución que respalda y promueve este sector tan importante para El Puente del Arzobispo.
La cerámica de este pueblo toledano se caracteriza por el uso del color verde y la representación de motivos relacionados con animales, caza y monterías. Aunque se mantiene el trabajo tradicional, también hay espacio para la innovación, mejorando las técnicas y creando nuevos diseños sin perder la esencia principal.
El barro es el elemento esencial en la cerámica, y en El Puente del Arzobispo se trabaja con un barro especial que es muy adecuado para el torno, pero también muy delicado al secarlo, según destaca Manuel Zabala, presidente de la Asociación de Artesanos y alfarero.
En cuanto a la comercialización de la cerámica, las ferias artesanales y los pedidos particulares son fundamentales para este sector. Anteriormente, la mayoría de los ceramistas trabajaban para mayoristas, pero ahora están explorando la posibilidad de vender sus productos en línea, aprovechando el avance de las nuevas tecnologías. Aunque es un proceso más complejo para ellos, no descartan seguir mejorando y expandiendo su comercio en línea.
El Puente del Arzobispo está poco a poco resurgiendo en el ámbito de la cerámica, y tras el reconocimiento de la Unesco, pretende seguir fomentando esta artesanía que forma parte de su identidad. La alfarería y la cerámica son un legado cultural que ha trascendido a lo largo de los siglos, y gracias a los esfuerzos de los artesanos y el apoyo de las instituciones, seguirá siendo un referente en esta tradición.
