Todos los beneficiarios de prestaciones por desempleo deberán declarar sus ingresos a partir del próximo ejercicio, independientemente de su nivel de ingresos
La Agencia Tributaria impondrá, a partir de noviembre, la obligación a todos los contribuyentes que cobren prestaciones por desempleo de presentar la declaración de la Renta. Esta medida, que forma parte del Real Decreto-ley aprobado en mayo, busca simplificar y mejorar la protección por desempleo, pero obligará a los desempleados a declarar sus ingresos, incluso si están por debajo del límite de 22.000 euros anuales que generalmente establece la Agencia para hacer la Renta.
El nuevo requisito implica que las personas que cobren el paro deberán presentar su declaración sin importar si sus ingresos no alcanzan el umbral. En condiciones normales, solo aquellos que superan los 22.000 euros con un pagador o 15.876 euros (si tienen más de un pagador) deben declarar, pero esta nueva normativa añade un control más estricto sobre los perceptores de prestaciones.
Sanciones y consecuencias por no cumplir con la normativa
La Agencia Tributaria también ha advertido de las consecuencias graves para quienes no cumplan con esta obligación. Si un contribuyente que cobra el paro no presenta su declaración, perderá la prestación por desempleo, según el texto del Real Decreto-ley.
Además, las sanciones varían según la situación del contribuyente. Si la declaración de la Renta sale a pagar y no se presenta, la multa podrá oscilar entre el 50% y el 150% del total de la deuda. Este porcentaje se aplicará en función del daño económico causado a Hacienda o si se trata de una reincidencia en la falta. En el caso de que la declaración salga a devolver y el contribuyente no la presente, la multa fija podría alcanzar los 200 euros, lo que podría generar una situación paradójica: alguien que inicialmente recibiría una devolución podría terminar pagando.
Control más estricto sobre los contribuyentes
Con esta medida, la Agencia Tributaria refuerza el control sobre los contribuyentes que perciben ayudas públicas, sumándose a otras normativas implementadas recientemente. En 2023, la Agencia ya impuso la obligación de declarar a los autónomos, sin importar la cantidad de ingresos que generaran. Este cambio afectó a más de 200.000 trabajadores por cuenta propia, que ahora deben presentar la Renta aunque sus ingresos anuales sean mínimos.
La entrada en vigor de esta nueva medida para los parados será de cara a la declaración de la Renta de 2024, la cual se presentará en la primavera de 2025. La falta de cumplimiento tendrá consecuencias inmediatas en la percepción de la prestación, lo que añade más presión sobre los beneficiarios de prestaciones por desempleo para mantenerse al día con sus obligaciones fiscales.