En un intento por frenar las crecientes especulaciones sobre su estado de salud, la Casa Blanca ha hecho pública una carta de Kevin O’Connor, el médico de Joe Biden, en relación a las dudas suscitadas por la supuesta atención del presidente estadounidense por un especialista en Parkinson. Esto sigue a un torrente de especulaciones alimentadas por reportes que indicaban visitas frecuentes de Kevin Cannard, un renombrado experto en dicha enfermedad, a la residencia presidencial.
La vocera de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, fue enfática al negar que el presidente esté recibiendo tratamiento para el Parkinson, respuesta que mantiene la administración frente a las reiteradas indagaciones de los medios, tras divulgarse que Cannard había estado en la Casa Blanca en más de ocho ocasiones desde el verano de 2023 hasta la primavera del presente año. Sin embargo, Jean-Pierre declinó confirmar la naturaleza de estas visitas, citando razones de seguridad para mantener en reserva la información.
«Aunque el presidente sí es examinado regularmente por un neurólogo como parte de sus chequeos médicos anuales, no está recibiendo tratamiento especifico para el Parkinson», enfatizó Jean-Pierre, quien también señaló que por razones de privacidad y seguridad, no se divulgan los nombres de los médicos que consultan al presidente, independientemente de su especialidad.
Por su parte, el doctor O’Connor proporcionó más detalles en su comunicado, donde aclaró que la presencia de Cannard en la Casa Blanca se debió a evaluaciones neurológicas rutinarias incluidas en el chequeo anual de Biden. Estos exámenes, asegura, no han revelado ninguna evidencia que sugiera la presencia de desórdenes neurológicos o cerebrales en el mandatario.
La salud de Biden ha sido objeto de intenso escrutinio recientemente, especialmente tras un debate televisivo con Donald Trump que levantó preocupaciones dentro del propio partido demócrata sobre su capacidad para continuar en la carrera presidencial. A pesar de los tropiezos y el debate sobre su aptitud, Biden ha reafirmado su determinación de competir en las elecciones de 2024, defendiendo su idoneidad para liderar el país y derrotar al que fuera presidente antes que él.
Este nuevo episodio refleja tanto el desafío continuo que enfrenta Biden respecto a las preguntas sobre su edad y estado de salud, como su firme resolución de mantenerse en el camino hacia la reelección. La Casa Blanca, por su parte, busca disipar las dudas con transparencia, proporcionando información detallada sobre las consultas médicas del presidente y reiterando su capacidad para ocupar el cargo.
