La Fundación Antonio Pérez invita al público a sumergirse en el universo artístico de dos destacadas figuras de la plástica japonesa con dos exposiciones que estarán abiertas hasta final de septiembre. En el Centro de Arte Contemporáneo de Cuenca, se presenta la exhibición del fallecido Kozo Okano, mientras que las obras de Keiko Mataki cobran vida en el Museo de Obra Gráfica de San Clemente.
Estas exposiciones no solo son una muestra de la riqueza del arte contemporáneo nipón sino que también rinden tributo a la conexón personal que compartieron Okano y Mataki, quienes fueron pareja. La influencia de su relación sentimental es evidente en la manera en que ambos entendían y expresaban el arte.
Keiko Mataki, quien perdió a su compañero Okano en 2003, ha tomado un papel activo en la curaduría de ambas muestras, colaborando con el renombrado crítico de arte Alfonso de la Torre. La muestra de Cuenca titulada ‘Esa otra y extraña belleza, Obras 1968-2002’ es una retrospectiva de la carrera de Okano, integrada por 56 piezas que incluyen pinturas, dibujos y obras estampadas. La exposición es un homenaje que explora la pasión por un estilo atemporal y mágico de Okano y celebra una emoción profunda que transciende la efímera modernidad.
Kozo Okano, quien encontró en Cuenca un refugio para el silencio y la autoreflexión, se mudó a la ciudad española influenciado por los artistas Luis Martínez Muro y Fernando Zóbel a finales de los años 60. Su conexión con Cuenca se convirtió en un elemento esencial en su arte, caracterizado por una naturaleza íntima que surge desde lo más profundo del artista.
Por su parte, la exposición ‘Espacio Infinito’ en San Clemente ofrece una selección de obra estampada que abarca cinco décadas de producción artística de Keiko Mataki, desde 1974 hasta 2024. El trabajo de Mataki explora un universo de «sombras», entregando a sus espectadores una narrativa visual fascinante que define un mundo único y envolvente.
Ambas exposiciones culminarán el 29 de septiembre, brindando a los visitantes una oportunidad única para experimentar el diálogo entre los dos artistas y el arte contemporáneo japonés. Con estas dos muestras, la Fundación Antonio Pérez continúa su labor de difundir la cultura y el arte, creando espacios para la inspiración y la contemplación.