Bruselas ha anunciado una propuesta que busca fortalecer la independencia y preparación de los ciudadanos de la Unión Europea frente a potenciales crisis de seguridad o de origen climático. Se promueve un plan que sugiere a los hogares europeos mantener un kit de emergencia que permita subsistir sin asistencia externa durante al menos 72 horas en caso de catástrofes.
Este enfoque, respaldado por Janez Lenarcic, comisario de Gestión de Crisis, integra suministros básicos como agua potable, alimentos no perecederos, una radio manual, linternas con pilas adicionales, botiquín de primeros auxilios, así como artículos de higiene personal. Para las familias con niños, se recomienda incluir pañales y leche adaptada. Se alienta también a conservar documentación relevante y baterías externas para dispositivos electrónicos.
El plan, que aún se encuentra en etapa de propuesta, no será mandatorio, sino que buscará incentivar a través de campañas informativas y una plataforma digital, que proveerá recomendaciones específicas por país. Esta estrategia se enfoca en ofrecer a los ciudadanos las herramientas necesarias para enfrentar situaciones críticas, como apagones o restricciones de movilidad, hasta que los servicios de emergencia puedan restablecer el orden.
La iniciativa surge en un momento en que Europa ha experimentado una creciente ocurrencia de fenómenos meteorológicos extremos y crisis internacionales, que han demostrado la importancia de la preparación individual para complementar las respuestas de emergencia locales y nacionales.
Mientras tanto, en otros temas de preocupación ciudadana, se ha destacado una divergencia en las prioridades políticas a lo largo de Europa. Mientras los españoles muestran una preferencia por la educación e investigación, otros países europeos enfocan su atención en la defensa. Además, se recalca que varios estados miembros, a diferencia de España e Italia, recomiendan activamente a sus ciudadanos mantener preparados kits de emergencia para hacer frente a desastres naturales o provocados por el hombre.
La propuesta de Bruselas apunta a homogeneizar una cultura de preparación y resiliencia entre los países de la UE, permitiendo que cada hogar adapte sus medidas de preparación a sus circunstancias específicas. Al final, el objetivo es aumentar la autonomía y seguridad de los ciudadanos europeos ante imprevistos, garantizando una mejor respuesta colectiva frente a desafíos futuros.