La Comisión Europea ha modificado recientemente su postura respecto a las acciones militares de Israel en Gaza, adoptando un tono más severo en sus declaraciones. Esta transformación en la retórica viene influenciada en parte por la presión de países de la Unión Europea más críticos con la situación en Palestina, como España e Irlanda, y se ve reforzada por un cambio similar en la posición de Alemania, tradicionalmente aliada del Gobierno de Benjamin Netanyahu.
Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, reflejó esta postura enérgica tras la petición de los ministros de Asuntos Exteriores de revisar el acuerdo de asociación entre la Unión Europea e Israel. La revisión busca evaluar si Israel está cumpliendo sus obligaciones respecto a los derechos humanos, aspecto fundamental del acuerdo que proporciona a Israel ventajas significativas dentro de la Unión Europea.
Kaja Kallas, Alta Representante de la Unión para la Política Exterior y de Seguridad, indicó que ya están trabajando en esta revisión y esperan presentar los hallazgos y posibles acciones a seguir en el Consejo de Asuntos Exteriores a finales de junio. Esta movida demuestra la creciente preocupación dentro de la Comisión Europea por las operaciones militares en Gaza, incluyendo el uso desproporcionado de la fuerza y los ataques a infraestructuras civiles.
Por otro lado, España ha reiterado su petición de suspender el acuerdo de asociación con Israel, destacando el encuentro entre Pedro Sánchez y Von der Leyen en Bruselas, donde el tema fue probablemente discutido. Sin embargo, existe escepticismo entre fuentes diplomáticas sobre el alcance que pueden tener estas verificaciones en términos de acciones políticas concretas, dada la resistencia de algunos Estados miembros.
La situación en Gaza y los territorios ocupados de Cisjordania ha llevado a la Comisión Europea a condenar las acciones de los colonos y la destrucción de propiedades palestinas, buscando ampliar las sanciones contra los responsables. Esta postura se ve enfrentada por la falta de consenso necesario para aprobar dichas sanciones dentro de la Unión.
Este cambio de tono por parte de la Comisión Europea subraya la creciente preocupación internacional por la escalada de violencia en Gaza y los territorios ocupados. La comunidad europea se encuentra en un punto de inflexión, donde la respuesta a la crisis y el trato de Israel pueden redefinir las relaciones bilaterales y el papel de la Unión Europea en la promoción de los derechos humanos y la resolución de conflictos a nivel mundial.
