Catherine Graciet y Eric Laurent, dos periodistas franceses, han sido condenados por el Tribunal de Apelación de París por intentar chantajear al rey de Marruecos, Mohamed VI, en 2015. La pareja había planeado publicar un libro que prometía revelar detalles comprometedores sobre la monarquía marroquí. En este contexto, pidieron hasta tres millones de euros como pago para no publicar su obra, aunque el monto se redujo en las negociaciones a dos millones.
El caso se intensificó cuando, tras un acuerdo firmado en una reunión, la policía detuvo a los periodistas con sobres que contenían 40,000 euros en efectivo, supuestamente la primera entrega del dinero pactado. Mientras Graciet y Laurent han reconocido haber cometido un «error ético», sostienen que fueron víctimas de un complot orquestado por los servicios secretos marroquíes, quienes grabaron secretamente sus encuentros y los pusieron a disposición de las autoridades.
Ambos periodistas, reconocidos expertos en política marroquí, defienden su accionar argumentando que su objetivo no era el chantaje, sino el interés profesional en una causa de gran implicancia. Sin embargo, su condena a 10 y 12 meses de prisión, así como a multas de 5,000 euros, pone en evidencia las tensiones entre la libertad de prensa y la protección de figuras públicas en contextos tan complejos como el marroquí.
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