Julio alivia, pero la vivienda y alimentación siguen lastrando la economía doméstica en CLM

En el mes de julio, las familias de Castilla-La Mancha recibieron un respiro económico, aunque leve, de acuerdo con el último reporte del Instituto Nacional de Estadística (INE). Sin embargo, la sombra de la inflación sigue presente en dos áreas críticas: la vivienda y la alimentación, que continúan siendo una carga significativa para los hogares de la región.

El índice de precios al consumo (IPC) registró una moderada desaceleración, en comparación con los meses anteriores, lo que ha aliviado ligeramente las tensiones en la economía doméstica. Pese a esta tendencia, la inversión en vivienda y el costo de los alimentos no han seguido el mismo rumbo, manteniéndose como factores determinantes en el gasto mensual de las familias castellano-manchegas.

Según el INE, los precios de la vivienda han presentado un incremento sostenido, impulsado principalmente por los costes asociados a la energía y las reformas. El precio del gas y la electricidad se mantuvo elevado, lo que obligó a muchos hogares a ajustar sus presupuestos. Las obras de renovación, aunque necesarias, se convirtieron en un lujo difícil de costear para una gran parte de los ciudadanos.

En paralelo, el encarecimiento de los productos alimenticios ha sido otra piedra en el zapato para las economías familiares. Pese a las medidas adoptadas por el Gobierno para controlar esta escalada, los precios de algunos productos básicos como lácteos, carnes y frutas frescas se mantienen elevados. Esta situación no solo afecta la capacidad de ahorro de las familias, sino que también tiene repercusiones directas en su nutrición y bienestar.

Expertos en economía regional señalan que, aunque julio ha mostrado señales de alivio, el desafío radica en la sostenibilidad de esta tendencia a la baja y en cómo gestionar eficazmente los gastos ineludibles en vivienda y alimentación. La incertidumbre en los mercados globales y la volatilidad de los precios energéticos son factores que podrían jugar un papel decisivo en los próximos meses.

La perspectiva a corto plazo no parece muy optimista según los analistas, quienes advierten que, sin intervenciones estructurales, estos costos seguirán incrementándose. Por su parte, las autoridades locales y nacionales estudian nuevas políticas para mitigar el impacto económico en la región, aunque reconocen la complejidad de la situación.

Lo cierto es que la realidad económica para los hogares de Castilla-La Mancha sigue siendo un campo lleno de desafíos. Aun cuando julio haya dado un leve respiro, la estabilidad y el bienestar familiar están lejos de ser una certeza si no se abordan de manera efectiva los problemas subyacentes en el costo de la vivienda y la alimentación.

Fuente: CCOO Castilla-La Mancha

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