La primera emisión de la nueva temporada de El Hormiguero se vio envuelta en un inusitado enfrentamiento mediático. Mientras Pablo Motos daba la bienvenida a su audiencia, Pedro Sánchez, el presidente del Gobierno, aparecía en su primera entrevista televisiva en más de un año, liderando el regreso del Telediario en TVE. Este duelo se desarrolló entre las 21:55 y las 22:18 horas y ha generado un intenso debate sobre quién se llevó la delantera en el ránking de audiencias.
Los primeros datos indican que el programa de Antena 3 alcanzó un 17,3% de cuota de pantalla con cerca de dos millones de espectadores durante sus 23 minutos de coincidencia con la entrevista del presidente, que sumó un 18,5% de share y más de dos millones de televidentes al ser emitida simultáneamente en La 1, La 2 y Canal 24 Horas. Estas cifras han llevado a la cadena pública a proclamarse vencedora, argumentando que, al sumar tres cadenas, se ha posicionado como líder frente a una sola.
En el programa, la tertulia no tardó en hacerse eco de las declaraciones de Sánchez. Juan del Val critico las palabras del presidente sobre la falta de presupuestos, resumiendo su discurso con un contundente «da igual todo». Las afirmaciones del colaborador reflejaron un creciente escepticismo sobre la retórica del presidente, aludiendo a un «deterioro, no solo físico, sino también democrático» en sus intervenciones.
Del Val continuó subrayando lo que él considera una «deshumanización» de la figura pública de Sánchez, aclamado como «su propagandista» en diversos medios de comunicación. A su juicio, criticar al presidente no debe confundirse con deshumanizarlo, sino que es un derecho inherente a su cargo. «Es el presidente del Gobierno, se te puede criticar en cualquiera de los aspectos», argumentó, dejando en claro que la transparencia es esencial.
La tensión se palpitó aún más en el plató cuando Rubén Amón bromeó sobre el impacto que los datos de audiencia probablemente tuvieron en Sánchez esa mañana, sugiriendo que Moncloa podría haber tratado de contrarrestar el estreno de El Hormiguero. Esto llevó a una conversación más amplia sobre el uso de la televisión pública como una herramienta estratégica en el juego político.
Finalmente, Del Val concluyó apuntando a la incongruencia de presentar cifras de audiencia que suman distintas cadenas, afirmando que esto distorsiona la realidad del enfrentamiento directo de los programas. Con tantas voces críticas y debates en torno a la competencia entre estos actores de entretenimiento y política, el eco de esta noche, sin duda, resonará más allá de los números iniciales.