La noche de ayer, el popular programa «El Hormiguero» se convirtió en un escenario para discutir la actualidad política española, un espacio donde la opinión y el análisis se entrelazan de manera dinámica. Alrededor de la mesa, María Dabán, Juan del Val, Rosa Belmonte y Rubén Amón hicieron su aparición habitual para abordar el tema candente del día: la dimisión de Álvaro García Ortiz como fiscal general del Estado.
Pablo Motos, al frente del programa, inició la tertulia recordando que la salida de García Ortiz se produjo tras su declaración de culpabilidad, un hecho que conmovió tanto a la audiencia como a los panelistas. «El presidente del Gobierno ha ensalzado al fiscal y Yolanda Díaz ha hecho un llamado a movilizarse contra los jueces del Supremo», comentó Motos, visiblemente preocupado. Su reflexión sobre estas afirmaciones no se hizo esperar: “Esto no es un asunto trivial; poner en duda la integridad de las instituciones es como colocar dinamita en los cimientos de nuestra democracia”.
Las primeras intervenciones fueron rápidamente encabezadas por María Dabán, quien dejó clara su postura. «García Ortiz ha sido condenado. Ahora, vamos a esperar a ver qué dice el fallo», declaraba Dabán con una pizca de ironía, aludiendo a su compañero Juan del Val y su recientemente publicado libro, sugiriendo que muchos se apresuraban a juzgar sin conocer toda la verdad.
La conversación avanzó cuando Juan del Val precisó su opinión: “Cualquier sentencia puede y debe ser discutida, aunque hay ciertas figuras que no pueden hacerlo”. Este comentario resonó en la sala, acentuando la preocupación sobre el impacto de las palabras de figuras políticas en momentos de polémica judicial. Del Val apuntó con seriedad que las afirmaciones de quienes ocupan cargos de poder pueden atentar contra los principios democráticos que tanto se esfuerza en sostener la sociedad.
El tono se tornó más incisivo cuando Del Val criticó a la administración, mencionando específicamente la defensa prematura de Pedro Sánchez respecto a la inocencia de García Ortiz, un acto que consideró inapropiado “en mitad del juicio”. Continuaba afirmando que el Gobierno no tiene la obligación moral de hacer tales declaraciones cuando la justicia aún está en proceso.
Al llegar a la conclusión de su intervención, Juan del Val dejó claro que, aunque el Tribunal Constitucional puede dictar un fallo diferente al del Supremo, “hay personas que no pueden discutir el veredicto inmediato; entre ellas, aquellos con vínculos al poder”. Este tipo de disensiones públicas sobre la justicia no solo revelan las tensiones en el ámbito político, sino que también reflejan la fragilidad de la confianza pública en las instituciones.
Así, una vez más, «El Hormiguero» se transforma en un espejo de la realidad política, donde la crítica y las opiniones se entrelazan, buscando dar voz a las inquietudes colectivas en un entorno donde la democracia y la justicia son más necesarias que nunca. La tertulia del martes no solo fue un análisis de la actualidad, sino también una llamada de atención a los ciudadanos sobre la importancia de preservar la integridad de las instituciones democráticas.

















