El actor José Sacristán ha recibido este miércoles el premio Abogados de Atocha 2025 en un emotivo acto celebrado en Toledo, donde expresó su «profundo agradecimiento» al ser premiado con un galardón que evoca «acontecimientos que siguen poniendo los pelos de punta». Ante los medios, Sacristán recordó la importancia de honrar la memoria de quienes perdieron la vida defendiendo principios y derechos fundamentales.
El premiado hizo un llamado a que el legado de estos héroes nos inspire a ser mejores, destacando que el reconocimiento que se le otorgó remite a «señas de identidad morales». Su discurso subrayó la relevancia de recordar eventos tan significativos en la historia reciente de España, como la matanza de los abogados de Atocha, que marcó un punto crucial en el camino hacia la democracia.
Durante el acto, el secretario general de CCOO Castilla-La Mancha, Paco de la Rosa, enfatizó la «carga de responsabilidad» que conlleva otorgar estos premios en memoria de «héroes no voluntarios» que sacrificaron sus vidas en la lucha por la democracia. De la Rosa reconoció que, aunque estos luchadores no sabían que serían el inicio del fin de una dictadura, su valentía desencadenó una revolución que la llevó a su fin, recordando que «la dictadura murió en la calle» mientras su líder falleció en la cama.
El secretario general de CCOO también subrayó que la trayectoria de Sacristán en el cine ha sido un reflejo del tránsito de la dictadura a la democracia. «Si alguien representa el espíritu de los Abogados de Atocha, desde luego es él, y es merecedor», afirmó.
Por otro lado, el líder de CCOO, Unai Sordo, destacó que los protagonistas de la Transición no fueron solo figuras políticas, sino que también incluyeron a la base social que luchó en las calles, incluyendo el movimiento obrero y sectores de la Iglesia. Alertó sobre la violencia y el terrorismo que marcaron esa época, denominando la matanza de Atocha como un «asqueroso intento de descarrillar el proceso democrático».
Sordo insistió en que este reconocimiento sirve como un recordatorio de la importancia de la Transición y subrayó la necesidad de contar con «una cabeza pensante» como la de José Sacristán en la cultura española, de la cual el país puede sentirse afortunado.