Jorge Javier Vázquez, conocido por su sinceridad sin filtros, esta semana ha vuelto a captar la atención del público con su columna en la revista Lecturas. En esta ocasión, su foco ha estado en una de las figuras más sorprendentes de la última edición de Supervivientes, Laura Cuevas, quien ha cambiado el juego de forma inesperada. Después de haber expresado su deseo de ver a Carmen Alcayde en la final, Jorge Javier no ha ocultado su opinión sobre Cuevas, incluso cuestionando la autenticidad de su participación en el reality.
Laura Cuevas, anteriormente conocida por su enfrentamiento con Isabel Pantoja, ha emergido como una figura profundamente emocional en el programa, sorprendiendo incluso a Jorge Javier, uno de sus críticos más acérrimos. El presentador recordó su impresión inicial sobre Cuevas como «marisabidilla» y propensa a causar sensación, pero admite que su percepción ha cambiado drásticamente al verla en Supervivientes. Jorge Javier se ha visto particularmente impactado por la manera en que Cuevas ha expuesto su problemático matrimonio ante las cámaras, algo que inicialmente descartó como una actuación pero cuya percepción ha cambiado con el tiempo.
El comunicador reflexiona sobre la naturaleza de lo que se ha mostrado en televisión, cuestionando si es real o parte de un montaje. A pesar de las dudas, Jorge Javier comenta que, de ser cierto, sería trágico, pero incluso si fuese falso, merecerían reconocimiento por haber capturado con precisión la esencia de muchos matrimonios infelices. Describe a Laura Cuevas como alguien que busca escapar de su realidad a través de la televisión, comparándola con la protagonista de La rosa púrpura de El Cairo, para quien el cine era su salida.
La columna culmina con Jorge Javier ofreciendo una mezcla de drama y humor al describir la existencia de Cuevas llenándola de contrastes, aludiendo a García Lorca y Tennessee Williams. A través de un análisis lleno de matices dramáticos y cómicos, el presentador señala la intensidad emocional que Cuevas está mostrando en televisión, especialmente ahora que se encuentra aislada de sus compañeros.
Finalmente, Jorge Javier pasa de la repulsión inicial a una fascinación preocupada. La gran pregunta que plantea es si Laura está viviendo un verdadero drama o simplemente entregando una actuación estelar, una duda que ni él mismo puede resolver. Independientemente, destaca que Cuevas ha alcanzado un objetivo común en el complicado mundo de la televisión: ser el centro de conversación.