Joaquín Prat revela una nueva dimensión en su vínculo con Antonio David: Entre la profesionalidad y lo personal

En una emisión sin precedentes, la tarde del lunes 3 de junio resonó con las revelaciones de Marta Riesco en «Ni que fuéramos», marcando el regreso de la esfera mediática de «Sálvame» a las pantallas de televisión tradicional. La entrevista, que se extendió por más de tres horas en el programa de Canal Quickie conducido por María Patiño, sirvió como plataforma para que Riesco compartiera su experiencia personal y profesional, enfocándose en su turbulenta relación con Antonio David Flores y el trato que recibió por parte de la productora para la que trabajaba.

Riesco, quien en el pasado fue considerada como una de las ‘enemigas’ de la productora, relató cómo se sintió atrapada y desprevenida al tener que hablar sobre su vínculo sentimental con Flores frente a Rocío Flores y Olga Moreno, sin encontrar el apoyo necesario por parte de su anterior empleador. Esta «encerrona», según sus palabras, culminó en su despido disciplinario tras varios episodios controvertidos, lo que la llevó a experimentar lo que ella describe como un destierro televisivo.

Entre las declaraciones más llamativas durante la entrevista, Riesco expresó sentirse injustamente tratada por el medio televisivo, argumentando falta de cuidado y empatía hacia su persona. Asimismo, reveló las profundas consecuencias que tuvieron estos eventos en su salud mental, incluyendo el estrés extremo que la llevó a tomar pastillas para los nervios y su lucha con reconocerse a sí misma.

Un punto crítico en su narrativa involucró la intimidad y los desafíos de su relación con Flores, detallando la presión constante para que este dejara pública su relación con Moreno, lo cual generaba conflictos frecuentes. Riesco también abordó la desconcertante situación de ver a Moreno referirse a Flores como su esposo públicamente, a pesar de estar consciente de su separación.

En cuanto al tratamiento mediático, Riesco criticó duramente la exposición exacerbada a la que fue sometida por parte de la cadena, comparando su experiencia con la de ser lanzada a una arena como en «Gladiator», donde se esperaba que enfrentara un juicio público sin precedentes. Su relato también incluye referencias a desencuentros con figuras televisivas como Joaquín Prat, quien, según Riesco, mostró un cambio inexplicable en su comportamiento hacia ella.

Este lunes, la revelación de «Una nueva verdad» por parte de Marta Riesco no solo reabrió debaten sobre el complejo entramado de relaciones personales y profesionales dentro de la industria televisiva, sino que también planteó serias reflexiones sobre el papel de los medios de comunicación en el cuidado y respeto hacia las historias y vulnerabilidades personales de quienes se colocan frente a la cámara.

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