En un intenso intercambio durante la emisión de «Vamos a ver» de este martes 10 de diciembre en Telecinco, Isabel Rábago y Alessandro Lequio protagonizaron un sonado enfrentamiento tras las declaraciones de Bárbara Rey en el mismo canal. La situación se tensó a tal grado que fue necesaria la intervención de Joaquín Prat para intentar calmar los ánimos.
Rábago, quien se posicionó en defensa de Bárbara Rey, amiga suya, argumentó sobre cómo puede ser doloroso que después de una relación íntima alguien trate de compensar con dinero como si no hubiera un vínculo previo. «Después de tanto tiempo, podréis entender que en un momento dado tú sabes la relación que puedes tener con tu amante y que te deje dinero en la mesa como si te acabara de conocer, te puede doler», explicó en el Club social.
El comentario encendió los ánimos de Lequio, quien rápidamente rebatió, alegando que nadie había forzado a la vedette a aceptar dinero o tener relaciones. «Ya me estoy calentando. Ella era la que le pedía dinero constantemente y a esta mujer nadie le obligó a tener relaciones, a hacer las fotos o a aceptar dinero. No ensucies la conversación», recriminó Lequio a Rábago, quien se mantuvo firme en su postura, desafiando los argumentos de su compañero.
La discusión escaló a un nivel aún más personal cuando Lequio perdió la compostura, acusando a Rábago de victimizarse y calificando su defensa como ridícula. «Nadie le obligó a aceptar el dinero. Fue por voluntad propia y encima va de víctima, vete a tomar por saco. Esta defensa a ultranza lo único que te hace es ridiculizarte, que lo sepas», dijo enfadado.
Isabel Rábago, evitando entrar en una discusión más acalorada, respondió con ironía, mientras que Lequio continuaba su crítica. «Que lo sepas, que eres ridícula, esa defensa de hooligan que estás haciendo de Bárbara Rey es ridícula», insistió.
El clímax de la discusión llevó a Joaquín Prat a intervenir, llamando la atención sobre lo innecesario de entrar en conflictos personales y destacando que lo más probable es que la misma Bárbara Rey esté divertida viendo cómo ambos colaboradores se enfrentan verbalmente.
A pesar de la intervención de Prat, Rábago concluyó el debate advirtiendo sobre el uso de la descalificación como arma cuando se carece de argumentos sólidos, denunciando encontrarse en una situación, a su juicio, violenta.
Este episodio refleja la tensa dinámica que puede surgir en los platós de televisión cuando se mezclan las opiniones personales, los vínculos emocionales con los protagonistas de las historias y el debate público.