La polémica en torno a Terelu Campos, conocida colaboradora de Telecinco, ha tomado un nuevo giro tras las declaraciones de Alessandro Lequio en el programa «Vamos a ver», dando pie a un torbellino de opiniones que continúa sumando capítulos al ya extenso culebrón Campos. La controversia se encendió cuando Lequio aseguró que Terelu había exigido a una secretaria seguirle con un cenicero, lo cual ha llevado a que diferentes personalidades del medio, incluido Enrique del Pozo, se posicionen públicamente, desatando un debate en torno al comportamiento y las demandas de la colaboradora, a quien no han dudado en calificar de «clasista».
Enrique del Pozo, durante su aparición en el programa «Tardear», no solamente reveló detalles sobre un supuesto interés amoroso no correspondido de Terelu hacia Lequio, sino que también despotricó contra la actitud supuestamente arrogante de Terelu, llegando a afirmar que ésta regañó a un colaborador por saludar al público y que Ambicionaba el puesto de Emma García, mostrándose frustrada por no conseguirlo. Estas provocadoras declaraciones han generado un aluvión de reacciones, tanto de apoyo como de repulsa hacia Terelu Campos.
Sin embargo, no todos los comentarios han sido negativos. Joaquín Prat, en una intervención en el mismo programa donde Lequio hizo sus revelaciones originales, salió en defensa de la ética de trabajo de los colaboradores y asistentes dentro de Mediaset. Prat destacó el invaluable aporte de los trabajadores detrás de escena, resaltando su profesionalismo y dedicación diaria, una forma de subrayar que las exigencias de Terelu podrían haber sido sacadas de contexto o malinterpretadas.
El conflicto no se ha limitado únicamente a las interacciones entre colaboradores, sino que ha abierto un debate más amplio sobre la etiqueta profesional, el trato a los empleados y la dinámica de poder dentro del entorno laboral televisivo. Mientras algunos ven en el comportamiento de Terelu un ejemplo de divismo injustificado, otros argumentan que el enfoque debería estar en la valoración del esfuerzo colectivo que implica la producción televisiva.
Lo cierto es que esta nueva controversia alrededor de Terelu Campos ha dejado en evidencia las profundas divisiones y las diferentes percepciones sobre la ética laboral y las dinámicas de poder dentro de una de las cadenas más populares de la televisión española, generando un amplio eco mediático que continúa desarrollándose.