Anabel Pantoja ha vuelto a capturar la atención de las audiencias este martes, 14 de enero, en el programa matinal de Telecinco, «Vamos a ver». La cobertura desde Canarias de la última hora sobre el ingreso de su hija ha sido el centro de la conversación mediática. En esta ocasión, el programa contó con la presencia de Joaquín Prat a los mandos, quien había estado ausente el lunes anterior. Desde tempranas horas, Prat ha enviado mensajes de apoyo y cariño a la influencer, pero la discusión se ha intensificado al debatir sobre si la presencia de múltiples amigos en el hospital era apropiada o no.
Durante una tertulia de crónica social en el programa, tanto Verónica Dulanto como, especialmente, Pepe del Real, han planteado interrogantes sobre las visitas que Anabel Pantoja y su pareja, David, han recibido en los días recientes. La preocupación giraba en torno a si estas visitas eran beneficiosas o perjudiciales en tales circunstancias delicadas. «Los amigos de Anabel, que ayer cuestionábamos si deberían de estar al lado de la pareja en este momento, si aportaban o no aportaban…», comentaba Del Real, crítica que Prat no tardó en desestimar con firmeza, cuestionando la pertinencia de tal juicio.
La postura de Prat dejó claro su desacuerdo con cuestionar el apoyo que familiares y amigos puedan ofrecer en momentos críticos: «¿Quiénes somos nosotros para cuestionar nada?». Según él, la presencia de estas personas se entiende como un soporte emocional crucial, contrarrestando cualquier sugerencia de que pudieran ser una molestia para la pareja.
Alessandro Lequio, quien ha enfrentado situaciones familiares adversas similares, compartió esta visión, aludiendo al alivio que incluso el más mínimo gesto de apoyo puede brindar en momentos de angustia. «Si todas estas visitas les calman, aunque sea un poquito, bienvenidas sean», expresó, subrayando la importancia del consuelo emocional en tiempos difíciles.
Para aclarar los malentendidos, Pepe del Real recuperó las opiniones vertidas el día anterior, insistiendo en que su intención nunca fue cuestionar el apoyo brindado por los amigos de Anabel. Incluso reveló que figuras como Raquel Bollo, que habían sido criticadas, confirmaron que todas las visitas habían sido previamente consentidas por Anabel. Algunos amigos, subrayó Del Real, acudieron exclusivamente para ofrecer su apoyo emocional y luego regresaron a la península.
La controversia generada en torno al debate sobre la presencia de amigos en el hospital en momentos delicados ha puesto de relieve la complejidad del apoyo emocional en situaciones de crisis familiar. La defensa de Prat a la solidaridad incondicional y el posterior esclarecimiento sobre las visitas buscaban reafirmar la importancia de la empatía y el respeto hacia las decisiones personales en tiempos de adversidad.