Jesulín: De Torero a Showman, el Nuevo Ícono de la Televisión y el Corazón Femenino

Lo vivido con Jesulín de Ubrique es un ejemplo fascinante de cómo el arte del toreo se entrelaza con la era mediática moderna. El matador andaluz, una figura polarizadora, capturó la atención tanto de críticos como de admiradores. El mundo del toreo, en ocasiones tradicionalista y reacio al cambio, no supo cómo encajar su singular estilo, mientras que la televisión, en su afán por espectáculo y emoción, encontró en él a una estrella.

La notoriedad de Jesulín dio un giro inesperado el 4 de mayo de 1993, cuando Mercedes Milá lo presentó en el programa «Queremos saber» de Antena 3. En medio de un debate candente sobre su técnica, un espontáneo lo acusó de «torear con truco». La respuesta del matador fue memorable y audaz: se levantó de la mesa, se bajó los pantalones y mostró sus cicatrices de las cornadas. Este gesto, que podría parecer insensato, se convirtió en un fenómeno mediático, alimentando portadas de prensa y disparando su carrera a nuevas alturas.

«Voy a demostrar los trucos que yo creo que no tengo», dijo, aludiendo a las heridas sufridas en su trayectoria. Este acto de valentía y vulnerabilidad resonó en el público, canalizando la atención hacia su destreza como torero en lugar de hacia las críticas. En el año posterior a ese episodio, Jesulín alcanzó cifras impresionantes, lidiando en 122 corridas en un solo año, eclipsando a su ídolo, Manuel Benítez ‘El Cordobés’.

Detrás de esta jugada maestra de comunicación y marketing estaba su apoderado, quien había orquestado la intervención con astucia. La pregunta esperada de Milá se había convertido en el gancho perfecto para catapultar la carrera de Jesulín, llevándolo a la cima de la fama.

Su magnetismo ante las cámaras y su capacidad de conectar con el público, especialmente con las mujeres, lo transformaron en un verdadero showman. Las plazas de toros comenzaron a llenarse de fans entusiastas y un año más tarde, la misma cadena que lo lanzó, retransmitió la primera corrida de Jesulín solo para mujeres, la más vista en la historia. Un dato que evidencia no solo su destreza en el ruedo, sino también su habilidad para convertirse en un ícono de la cultura popular.

Lo que quedó claro es que Jesulín supo aprovechar las oportunidades que le brindó la televisión, fusionando el toreo con un espectáculo que resonaba más allá de la arena. Mientras muchos en su profesión aún no lograban comprender su esencia, él había descubierto el secreto para el éxito en una era donde la imagen y la autenticidad son fundamentales. En un mundo que cambia rápidamente, Jesulín dejó una huella indeleble, recordándonos que, a veces, ser diferente es lo que realmente marca la diferencia.

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